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José María Arauz de Robles Estremera (Peralejos de las Truchas 1898 - Vega de Arias, 1977) Fotografía de El Siglo Futuro (1936) |
Ya abogado del Estado y destacado miembro de la Asociación Católica de Padres de Familia, asume la Secretaría de la misma, y a principios de la década de los 30 imparte conferencias en el domicilio social de la asociación, sita en la calle Manuel Silvela, nº 7, de Madrid. Otros prohombres del tradicionalismo como Víctor Pradera [12] y el conde de Vallellano [13], comparten tribuna con Arauz de Robles. En una sesión solemne de la Asociación celebrada el 24 de abril de 1930, presidida por el conde de Rodríguez San Pedro, conde de Mirasol, expone la importante misión de defender la familia cristiana y organizar los padres “para la propaganda de los ideales que puedan salvar los hogares de los peligros que hoy los cercan” [14] . En noviembre de 1930 toma parte en la Junta reglamentaria celebrada por la entidad, interviniendo junto con San Martín, el general Sebastián Mantilla [15], Mazas, Gil de Santibáñez [16], Espinosa, Toledo Robles, o Portillo y tomando acuerdos concretos sobre futuras actuaciones [17].
El 9 de noviembre del mismo año 1930 participa como orador en un mitin de campaña de orientación social, presidido por Ruiz de Velasco y compartiendo tribuna con D. Esteban Bilbao, Luis Jordana de Pozas y el conde de Vallellano. Por este orden, Esteban Bilbao diserta sobre la “Religión”, José María Arauz de Robles sobre “Familia”, Luis Jordana de Pozas habla del “Orden”, y el conde de Vallellano de “Monarquía”. En una brillantísima intervención de Esteban Bilbao, calificó de absurdo el proyecto de establecimiento de una República conservadora, por ser revolucionaria, y de la cual, dijo, “no era otra cosa sino el resultado de toda nuestra historia política, pródiga en alevosías” [18]. A continuación Arauz de Robles habló de la familia y enalteció la defensa de los principios, hoy vilipendiados, de Religión, familia, orden y Monarquía. Exhortó a todos los ciudadanos a emprender vigorosamente una campaña para salvar algo que está amenazado y que interesa a todos los hogares, ya que se hace preciso hacer frente a las imposiciones que tratan de derribar los fundamentos de la vida social. [19]
Con fecha 12 de noviembre, como iniciador del proyecto y acompañado de más de 200 personas que formaban parte de las comisiones de los pueblos interesados en la construcción de ferrocarril La Roda-Tarazona, en el salón de conferencias del Ministerio de Fomento, es recibido por el Ministro de Fomento, Leopoldo Matos y Massieu, presentándole un escrito en el cual los comisionados suplican la petición, fundada, de construcción del nuevo camino férreo La Roda-Tarazona. [20]
El 27 de noviembre, en su cargo de secretario de la Junta central de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia, imparte una conferencia sobre “Organización y fines de las Asociaciones de Padres de Familia. La mañana del 29 de noviembre, y bajo la presidencia del cardenal Primado y el patriarca de las Indias, imparte una conferencia en la Semana Social de Acción Católica [21].
Con fecha 27 de diciembre el nombre de José María Arauz de Robles vuelve aparecer en el diario ABC, aportando una cantidad económica, sumatoria a la suscripción que el propio diario ABC había puesto en marcha, a beneficio de las familias de todas las víctimas que perecieron por cumplir su deber en el choque con los elementos revolucionarios de Jaca. [22]
Se presenta como candidato agrario a las elecciones de octubre de 1931 por Guadalajara, quedando tras el marqués de Villabrágima (liberal-agrario) y de Miguel Bargallo (socialista). Con fecha 10 de octubre publica una carta en el ABC, carta fechada el día anterior, acusando, a la par que aporta datos concretos sosteniendo la imputación, al marqués de Villabrágima de deslealtad a un acuerdo tomado por ambos antes de las elecciones, y de dividir a los elementos agrarios y a los directivos de Unión Nacional. [23]. Con fecha 15 de noviembre de 1931 resulta elegido, conjuntamente con Manuel Cano, Cirilo Tornos [24], José María Sopranís, Joaquín Espinosa Ferrándiz, Francisco Orfila y Escobar, Carlos Martín Álvarez, Mariano Mañeru, Antonio Escudero, conde de Santa María de Pomés, Pablo Menéndez, Arizcun, Juan Cervera y Jácome [25], José Martínez Pereiro, Miguel Sancho Izquierdo y Jesús Requejo San Román [26], miembro del Consejo Directivo de la Confederación Nacional de las Organizaciones de Padres de Familia de España. A mediados de diciembre imparte una conferencia en la Sociedad Aspiraciones, apelando a que es divino designio providencial que la mujer salga al palenque en las luchas para defender la religión, la Patria y la familia, ha de desplegar todas sus aptitudes y entusiasmos para el logro de la victoria [27].
La tarde del 5 de febrero de 1932 acompaña a Ramiro de Maeztu en la inauguración de los locales de la Sociedad Acción Española. [28] Allí estaban también los señores condes de Rodezno y Gamazo, vizconde de Casa Aguilar, y señores Alcalá Galiano, Antonio Goicoechea, Ansaldo, Fuentes Pila, Pradera, Loygorri, Palacios, Vegas Latapié, Artiñano y Cavestany.
El 16 de abril de 1932 pronuncia junto con Gómez Acebo y Herrero elocuentes discursos en Atienza (Guadalajara) en un acto de la Acción Regional Agraria.
Fue miembro de la directiva de la Comunión Tradicionalista durante la Segunda República. El 2 de julio de 1932 se encuentra junto con otros tradicionalistas, la condesa de Vastameroli, marqueses de Quitanar [29], Albayda [30], y Eliseda [31], Ramiro de Maeztu, Rodríguez Tarduchy, director de La Correspondencia, Fuentes Pila, los hermanos Antonio y Rogelio Ochoa, González de Gregorio [32], González Escudero, o Víctor Pradera en un banquete ofrecido en el restaurante Molinero en honor del escritor Julián Cortés Cabanillas, para celebrar el éxito de su libro, La caída de Alfonso XIII. Pocos días después, el 12 de julio asiste en el hotel Victoria al banquete organizado por el Centro Femenino Tradicionalista madrileño, en honor de la activa propagandista Srta. María Rosa Urraca Pastor [33].[34] Allí coincide con el conde de Rodezno, Torre Letieri, Pradera, Jaime Chicharro, Manuel Ignacio Senante Esplá [35], Ansaldo, Rafael Díaz Aguado y Salaberry, Lamamiè de Clairac, Federico Bertodano, Sánchez Cuesta, Echenique o Argamasilla.
Organizado por el partido tradicionalista, el domingo 11 de diciembre de 1932 acompaña a Esteban Bilbao en un elocuente discurso celebrado en el cine de la Ópera, en Madrid. A la hora del comienzo del acto aparece en el escenario junto con el orador, Esteban Bilbao, Torres Setién y Manuel Quevedo, siendo saludados con una grandísima ovación por los asistentes. [36] Al siguiente domingo, 18 de diciembre, conjuntamente con el conde de Rodezno, y los diputados a Cortes Esteban Gómez Rojí y Oriol, y los señores Chicharro, Pradera y Rodríguez de Rivera, ocupan la presidencia del acto organizado por el partido tradicionalista en el Monumental Cinema, teniendo como conferenciante a Antonio Goicoechea. [37]
En enero de 1933 el gobernador civil de Valencia niega autorización a Arauz de Robles para celebrar una conferencia en el teatro de los Obreros. [38] Igualmente bajo la organización del partido tradicionalista, el domingo 8 de enero presenta en el Monumental Cinema de Madrid a Luis Hernando de Larramendi y Ruiz [39], director del periódico Criterio, que desarrolló el tema “Régimen natural y orgánico de España”. [40] El sábado 21 del mismo mes asiste en los locales de la Acción Regional Agraria de Guadalajara a la Asamblea de dicha entidad, donde “propuso el plan de nuevas actuaciones después de que la Junta hubo acordado aceptar el programa de las derechas federadas” [41]. El domingo 22 de enero, en el Monumental Cinema de Madrid, que se encontraba a rebosar, quedando en la calle centenares de personas sin poder entrar, acompaña a Pemán en un brillante acto político organizado por el partido tradicionalista. A las once en punto entran al escenario Víctor Pradera, Chicharro, Pemán, Arauz de Robles, Hernando de Larramendi y los diputados a Cortes conde de Rodezno y Joaquín Beunza [42]. El público puesto en pie les tributa una gran ovación. Pemán diserta sobre la “Necesidad de un movimiento nacional en torno a los principios tradicionalistas”. [43] El domingo 29 de enero en otra multitudinaria conferencia tradicionalista en el Monumental Cinema, presentó al diputado a Cortes por Salamanca José María Lamamiè de Clairac. Arauz de Robles pronunció las siguientes palabras:
La comunión tradicionalista –añade- no necesita hacer distinción de sus hombres. Aquí no pasa lo que en varios partidos políticos, que consideran cosa obligada el caudillaje de un hombre que vaya al frente de la masa. En el partido tradicionalista todos sus hombres obscurecen su personalidad, para trabajar con fe y ahínco en al defensa de sus ideales, que son la única salvación de España. La bandera de la neutralidad antes, los dogmas nacionales preconizados por Mella después, y ahora la defensa de las Órdenes religiosas que el odio sectario persigue con furia satánica, son obra del tradicionalismo.
El 11 de mayo, obedeciendo a una consigna, unas turbas miserables quemaron conventos e iglesias. Ahora se prepara un nuevo incendio, más hondo, más profundo, en el hemiciclo del Congreso. Nuestra obligación es estar preparados a su defensa y confiar en que con la ayuda de Dios el porvenir será nuestro. [44]
También en Madrid, en el Monumental Cinema, el 5 de febrero presentó a Víctor Pradera, que disertó sobre “Religión y política tradicional”. [45] En el curso de los actos organizados de propaganda por provincias, el 19 de febrero imparte una conferencia en Málaga y el 5 de marzo da una conferencia en Sevilla.
Sevilla 6, 10 mañana. Como en domingos anteriores, se celebró ayer, a las once de la mañana, un mitin tradicionalista en el salón de la calle Adriano, que se vio completamente lleno. Entre el público había muchos trabajadores.
El obrero ferroviario Ginés Martínez pronunció un elocuente discurso.
Recordó que la Tradición fue siempre un partido eminentemente popular, porque es negación de las doctrinas de Rousseau, en las cuales se apoyó un capitalismo sin entrañas para explotar a los trabajadores, originando la reacción marxista y la lucha de clases.
La única solución que puede salvar a España es el tradicionalismo, que hermana los factores de la producción, acoplando a cada hombre en su sitio.
Hace un cumplido elogio de Arauz de Robles, joven y entusiasta propagandista del ideal.
El discurso fue subrayado con numerosas ovaciones.
El Sr. Arauz de Robles se congratula de que le haya precedido en el uso de la palabra un hijo del pueblo, como los que siempre nutrieron las filas de la Tradición.
Dice que esta República de trabajadores ha originado una víctima: el pueblo, que falto de pan y sin la luz de la fe, encuentra cerradas todas las puertas, y sobre todo la de los Centros oficiales, donde triunfa la nueva burguesía enchufista.
La Tradición nada tiene que ver con las causas del caos presente, fruto de los errores liberales. Los Estados liberales, con la desamortización, repartieron entre unos cuantos amigos usureros los bienes de las Corporaciones, de los que se beneficiaba al pueblo; y éste, al verse defraudado, cayó en el marxismo, que es un engaño todavía mayor, y nos llevaría a un feudalismo peor que los peores de la Edad Media.
Antes que la restauración económica y que la misma de las instituciones es preciso restaurar el mundo del trabajo.
Para esto es necesario, ante todo, restaurar la doctrina y la moral católica, en las cuales se dignifica el trabajo, como lo demuestran aquellas florecientes Hermandades del siglo XIII, donde se armonizaba la piedad y el trabajo. Y el catolicismo, al mismo tiempo que establece la obligación del trabajo, fija también las obligaciones del capital.
Por último es necesario también la restauración integral de las actividades humanas, oponiendo al odio marxista la fusión armónica del capital y el trabajo.
En un brioso párrafo rebate el cargo de reaccionario lanzado contra el tradicionalismo, y ensalza la magnífica organización social de la Edad Media.
Fustiga duramente la comedia de la oposición lerrouxista, fruto del sistema, y dice que Europa está despertando para aplastar la conjura judaico-socialista, que pretendía entronizar la dictadura en todo el continente.
También en España, la juventud escolar y obrera debe ponerse en pie para dar la batalla a la anarquía, inspirándose en las normas tradicionales.
El Sr. Arauz de Robles fue aplaudidísimo.
Finalmente, el Sr. Fal Conde anunció que en domingos sucesivos hablarán los señores Chicharro, Gómez Roji y Lamamiè de Clairac. [46]
El 11 de marzo, organizado por la Juventud Tradicionalista de Madrid, participó en un banquete en honor de la Srta. María Rosa Urraca Pastor. Ocuparon la mesa presidencial con la festejada tres veteranos carlistas: el general carlista Díez de la Cortina [47], Tomás de Uruñuela y el Sr. Artola. Los demás puestos los ocupaban las condesas de Rodezno y de Vigo; marquesa de Cartagena, señoras Álvarez de Linera y viuda de Sánchez Toca, condes de Rodezno y de la Florida y Sres. Arauz de Robles y Marín Hinojosa.
El 15 de marzo de 1933 José María Arauz de Robles pronuncia una memorable y recordada conferencia en Valencia.
Don José María Arauz de Robles, a las once de la mañana, pronunció una conferencia en el teatro de los obreros, totalmente lleno de público, especialmente huertanos y gentes del pueblo. Hizo la presentación del orador el joven propagandista Sr. Herreros.
Al levantarse a hablar el Sr. Arauz fue acogido con una gran ovación. Desarrolló el tema de “La organización de la contrarrevolución”. Afirmó que la revolución no era un proceso natural de las sociedades, sino el desarrollo de un propósito, concebido y preparado en la oscuridad de los centros enemigos de las civilizaciones cristianas para subvertir el orden natural de éstas.
Expuso las cosas, que, sin necesidad y por cumplir sólo compromisos revolucionarios, ha acometido la revolución española, especialmente en materia religiosa, agraria y de enseñanza, y la insensibilidad de la mayoría parlamentaria ante las razones y los hechos. Manifestó que la organización contrarrevolucionaria en España, si bien ateniéndose a las formas impuestas por la época, tenía que conservar la substancia y las características españolas. Hizo un llamamiento a la juventud para ingresar en las filas “boinas rojas”, haces de España. Recordó que por el camino que abrieran esas organizaciones tenía que avanzar una civilización nueva con un orden verdaderamente nuevo. En un período de cálida exaltación cantó los levantamientos magníficos de los pueblos de Europa, diciendo que los arcos triunfales de todos los tiempos estaban añorando nuevos desfiles heroicos y terminó la lucha por los ideales nobles, ya que hasta el Rey Pacífico por excelencia, Cristo, había levantado su Cruz como una bandera, en torno de la cual se habían reñido, se riñen y se reñirán todas las batallas de la Historia.
El Sr. Arauz de Robles, interrumpido frecuentemente con aplausos, fue ovacionado al concluir.
A las dos y media, y acompañado del barón de Cárcer y Llaurí, salió el Sr. Arauz de Robles para Castellón de la Plana, donde, a las seis, de la tarde, tuvo lugar un brillante acto en el salón de los Sindicatos Agrícolas, que aparecía materialmente atestado de público.
El Sr. Arauz de Robles aludió al fervor tradicionalista que se observa en toda España y del que esta región era magnífico exponente. Manifestó que este despertar tradicionalista respondía al despertar general de todos los pueblos en torno de sus nacionalismos peculiares. Hizo un examen detenido de los puntos más esenciales del pensamiento español tradicionalista, fijándose especialmente en la imputación de absolutista que se hacía a la Monarquía Tradicional. Atacó rudamente el empirismo de los partidos políticos, y terminó cantando, en un brioso párrafo, la vuelta de los viejos caudillos, cuyas almas llenaban todavía el ambiente de la Plana y el Maestrazgo.
[…] El Sr. Arauz de Robles visitó, en Valencia, los locales del nuevo Círculo Central Tradicionalista, así como los locales para los Secretariados técnicos y para el nuevo rotativo tradicionalista, que ha de salir en breve en aquella capital, y para el que ha sido ya adquirida la maquinaria, felicitando a la Junta regional por la actividad y acierto con que se desarrolla su gestión. [48]
Conjuntamente con Salaberry, imparten el 1 de abril, continuando la campaña tradicionalista iniciada por toda España, sendas conferencias en Gerona. Arauz de Robles, con un memorable discurso, continúa la campaña el día 2 en Badalona.
Badalona 3, 11 mañana. En el amplio teatro del Círculo Tradicionalista, completamente lleno de gente, se ha celebrado un acto público, en el que han hecho uso de la palabra los Sres. Puigrefagut y Arauz de Robles. Sobre las localidades había extractos del programa tradicionalista y cantones con pensamientos y dogmas alusivos a este ideario.
El Sr. Puigrefagut pronunció un elocuente discurso en catalán, poniendo de manifiesto que hoy en casi todo el mundo las gentes se separan de los partidos políticos medios, que, día a día, pierden terreno, y se van hacia los partidos de ideas claras y precisas, guiados por una lógica irrefrenable.
El Sr. Arauz de Robles dijo que el fenómeno hecho observar por el Sr. Puigrefagut de la desaparición de los partidos medios es debido a que el sistema de opiniones y partidos políticos y de convivencia y libre manifestación de todas las ideas, característica del parlamentarismo y la democracia, no era talmente un sistema de Gobierno ni un régimen con el cual se pudiese gobernar a los pueblos, sino una táctica revolucionaria para asaltar el poder la Revolución, negándonos luego las libertades que ella había ejercido.
Terminó cantando la resurrección de España, diciendo que el viernes día 14 de abril se conmemoraban dos fallos del sufragio universal: el que condenó a Cristo y el que condenó a España. Pero si Cristo murió, también resucitó, y con Él resucitará también España, ahora crucificada por la persecución sectaria. El orador, que fue interrumpido frecuentemente con ovaciones, fue despedido con una muy cariñosa al abandonar el local. [49]
Los 15 tradicionalistas triunfantes en las elecciones de febrero de 1936. |
El día 4 da mitin en Manresa y el 12 de abril, organizado por la Acción Regional Agraria Ciudadana, participa en la plaza de toros de Guadalajara en un gran mitin de derechas, en el que también toman parte la señorita Pilar Velasco, Antonio Royo Villanova y el ex ministro Sr. Goicoechea. En el transcurso del mitin se producen alborotos producidos por saboteadores socialistas, siendo arrojados los perturbadores de la plaza por las fuerzas de Seguridad. Fuera de la plaza, grupos de agitadores profesionales cantan la Internacional, y más tarde, amparados en la masa vociferante y animalizada, la chusma socialista apedrea los coches de los conferenciantes.
En enero de 1934 dirige una carta al jefe de la minoría agraria, Martínez de Velasco, en la que dice que es opuesto a la constitución de toda especie de partido agrario, denunciando la ficción de los partidos y el error de la democracia inorgánica [50].
En febrero de 1936, como tradicionalista, se presenta electoralmente por Granada en la candidatura de centro-derecha, integrada por Herrera Oria, Moreno Dávila, Ruiz Alonso, Torres López y Fernández Arroyo, cedistas; Francisco González Carrascosa, agrario; Gonzalo Muñoz, progresista y Natalio Rivas, portelista. El 9 de febrero participa en un mitin contrarrevolucionario en Campotejar (Granada), al que asistieron representaciones de numerosos pueblos. Compartieron tribuna como oradores junto con José María Arauz de Robles, los Sres. Guerrero Gijón, Blanes, Zábala, Hernández Carrillo y Torre López [51]. En las elecciones de ese mismo mes de febrero sale elegido diputado a Cortes por Granada.
Formando parte desde los inicios de la República de la Junta Nacional Carlista, a mediados de marzo de 1936 asume la secretaría de la minoría tradicionalista, bajo la jefatura de José María Lamamié de Clairac [52]. Estuvo concentrado en la finca “La Ferme”, de la Vizcondesa de La Gironde, descendiente de los legitimistas franceses, en el Sur de Francia, próximo a la frontera con Navarra en cuanto se produjo el asesinato de Calvo Sotelo, junto con todos los altos dirigentes de la cúpula carlista que fueron a la mencionada finca, donde la condesa tenía un palacete. Poco después de estallar el Alzamiento Nacional entró en España por Navarra, pasando, desde la cúpula de la Comunión Tradicionalista, tanto a integrar desde el 2 de septiembre de 1936 la Junta Nacional Carlista de Guerra, con sede en Burgos, como a poner en marcha la Obra Nacional Corporativa (ONC), que es la organización obrera, no clasista, del Tradicionalismo, la cual fue una tarea inmensa que tuvo dos partes: una, la edición de un libro tamaño folio, único en su género, explicando que es la ONC como instrumento de representación política de los obreros, que además de los esquemas políticos copiados del Ministerio de Corporaciones de Mussolini trae unos conceptos maravillosos acerca de la dignidad del Trabajo. Otra parte de su tarea fue organizar en todos los núcleos de población pisos para el reclutamiento y encuadramiento de los obreros tradicionalistas, con los cuales pobló la zona nacional. Pero surgieron rivalidades a propósito del reclutamiento de los obreros con otra red paralela que se llamaba las Centrales Nacional Sindicalistas (CNS), que era la herramienta de la Falange. Fricciones que indudablemente contribuyeron, unidas a otras de la retaguardia y el frente, a la Unificación decretada por Franco, FET de las JONS. A partir de la Unificación, abril de 1937, el Nuevo Estado asume una entidad, FE de las JONS, la cual tiene su Central Nacional Sindicalista (CNS), pero que teóricamente englobaba la red de la Obra Nacional Corporativa (ONC). En la práctica las CNS absorben, engullen, fagocitan a las oficinas de la ONC que acaba desapareciendo [53].
La figura política de José María Arauz de Robles se mantiene leal en el Movimiento Nacional al servicio de la construcción de una gran patria. Arauz de Robles, miembro conjuntamente con Fal Conde, Zamanillo, Sáenz-Díez, Valiente y José María Lamamiè de Clairac de la Junta Nacional Carlista de Guerra, de Burgos, acepta los sacrificios inherentes a la Unificación, disintiendo fuertemente con Fal Conde y Zamanillo acerca de la decretada unificación, y pasa a colaborar estrechamente con Franco y el Nuevo Estado.
A la par del ejercicio profesional como abogado del Estado, en 1945 adquiere la ganadería de Mariano García de Lora, ganadería fundada por los años 1910 a 1912 por Rufo Serrano con vacas de distintos orígenes. A la muerte de Rufo, García de Lara compra la ganadería, y ese mismo año se la traspasa a José María Arauz de Robles, el cual, modificó el anterior hierro y adquirió dos sementales, uno a Samuel Flores y otro a Juan Guardiola. Sin estar catalogada como ganadería señera, sus toros salieron en las principales plazas de España.
En la España de la Paz, empezó a mostrar en el seno del Carlismo reticencias frente a la presunta pasividad política de don Javier de Borbón Parma, que continuaron cuando éste fue liberado al final de la II GM por el Ejército Norteamericano del campo de prisioneros alemán donde se hallaba recluido. Aquella labor a favor de pasarse los tradicionalistas a reconocer a don Juan de Borbón, culminó en el acto de Estoril en 1957 [54], en el cual Arauz de Robles, ex miembro de la Junta Nacional tradicionalista nombrado por don Javier de Borbón Parma, el conde de Rodezno [55], los ex diputados tradicionalistas Luis Arellano y Jesús Elizalde, y otros dirigentes tradicionalistas, seguidos de figuras de segunda fila en número de más de 40, se presentaron en Estoril a saludar a don Juan, que se puso una boina roja, y llorando dijo que él había sido carlista toda la vida. [56] Poco después del acto, el 3 de enero de 1958, Fal Conde dirige una carta a Arauz de Robles, como figura señera de los “estorilos” criticando su decisión de reconocer a don Juan como rey carlista.
Posteriormente al acto de Estoril, Don Juan estuvo dos años diciendo que él era carlista, poniéndose la boina roja y organizando peregrinaciones carlistas a Lourdes [57]. A los dos años llega un momento que se descubre que han jugado “de pillo a pillo”. Don Juan descubre que a Arauz de Robles la mayoría de los carlistas no le seguían, y Arauz de Robles y los que habían ido a Estoril descubren que don Juan trataba con liberales y estaba en permanente contacto con las izquierdas. Se descubre que ha sido un engaño recíproco y entonces Arauz de Robles ya se retira de la política activa.
Con fecha 25 de octubre de 1963, firma la tercera del ABC aconsejando, en la configuración política del Estado, el seguro referente al perenne “principio” de la legitimidad de ejercicio.
Un “principio”, el de la “legitimidad”, el del Gobierno consagrado por una prescripción secular, que se identifique con un orden de Derecho Natural y haga de su restauración su tarea política […]. Este principio capaz de llevar a cabo la restauración del orden a que él se debió siempre, midiéndose con su época, tenga conciencia clara de su trascendental tarea y sea para su pueblo un luminoso futuro y no sólo un glorioso pasado. [58]
Su labor cultural a mediados de la década de los cincuenta y sesenta se encuentra ligada a la “Asociación de Amigos de Maeztu” [59], asociación surgida como un intento de gente de derechas católicas intelectuales, leales al ideario de la Doctrina Social Católica, de romper la muralla de Franco de hacer política fuera de FE de las JONS, y que trataba de reconstruir la derecha altamente cabreada y preocupada no por Franco, sino inicialmente por el progresismo y posteriormente por el Concilio Vaticano II que estaba cambiando el orden de las cosas; Concilio que había sembrado en España la confusión doctrinal y que aplicado por la Jerarquía española, con honrosas excepciones masivamente sumisa a los dictados de Roma a pesar del inicial rechazo a la libertad religiosa, estaba conduciendo a España a la ruina espiritual por disolución de la integridad de la doctrina católica, a la degradación moral por consunción y disolución de los referentes morales objetivos ligados a la, hasta entonces, fe verdadera, y a la pérdida de sentido del ser y misión de España, y por ende, de un orden político garante de la Unidad y Confesionalidad Católica de un Estado, puesto que éste ya no sólo se consideraba un bien a preservar, sino que en virtud de la libertad religiosa, debía demolerse. Así, en febrero de 1957, conjuntamente con el conde de Ruiseñada, Jesús Marañón, Lucas Oriol, Jorge Vigón, Torcuato Luca de Tena, Rafael Calvo Serer, Gonzalo Fernández de la Mora, Eugenio Vegas Latapié y el marqués de Valdeiglesias, firma la convocatoria de la “Asociación de Amigos de Maeztu” para la cena-homenaje a Vicente Marrero, a la sazón Premio Nacional de Literatura; y en abril del mismo año, también en el curso de la convocatoria de actos de la “Asociación de Amigos de Maeztu” firma, juntamente con los anteriormente mencionados a los que se suman José Maria Pemán, José Raimundo de Basabe, Antonio Millán Puelles, Martín Almagro, el marqués de la Eliseda y Amalio García Arias, la convocatoria de cena-homenaje a José Luis Vázquez Dodero. En mayo de 1960, también convocado por la “Asociación de Amigos de Maeztu”, suscribe una cena en honor de Gonzalo Fernández de la Mora.
El 1º de abril de 1964 reivindica en el ABC los principios permanentes, mostrando confianza en el futuro por ser las construcciones políticas “irremplazables”.
El Alzamiento del 18 de Julio fue esencialmente político. Se dirigió, en efecto, contra el régimen imperante, contra la República, lógica conclusión de los sistemas impuestos al pueblo español y último escalón de un proceso que, coreado por todas las ideas, actitudes y fuerzas extrañas a nuestro ser y sentir, sólo cuando fue interrumpido nos permitió algún período de paz.
No faltó quien quiso reducir su alcance, limitándolo a algunos arreglos y correcciones dentro de aquélla. Pero el poderoso empuje popular que lo hizo posible planteó la lucha en términos inequívocos. Gracias a esto fue posible la Victoria, y hemos disfrutado, a pesar de tantas cosas, veinticinco años de paz.
De este fundamento tienen que partir todos para encontrarse con el futuro. Los unos, porque la fidelidad a aquel designio al que se inmolaron tantas vidas, en el título que justifica su actuación; los otros, porque no podían pretender reconstruir ni sus partidos ni un régimen tan catastróficamente hundido; los de más allá, porque menos todavía puede intentarse volver a empezar el proceso; las nuevas generaciones “despolitizadas”, porque una época que se caracteriza por “el fin de las utopías” y la primacía de los privado, necesita un nuevo orden.
Las construcciones políticas son irremplazables. Las económicas necesitan de sus sólidos cimientos, y las sociales están condicionadas por ellas. Pretender resolver estos problemas sólo desde el Estado, como hace el marrismo, supone la ruina de la libertad y la destrucción de la personalidad. Responsabilizar a todos en ellos lleva consigo la restauración de estructuras y soberanías, por quien debe encontrar en esta tarea, su interés y su justificación. [60]
Frente a la incipiente despoblación de los campos, gentes empeñadas en “uniformarse con la masa urbana”, deslumbrados por la ciudad y convertidos en seres desarraigados de su vida, hogar y tierras, engañados con un vacuo y frustrante progreso y viviendo angustiados en la urbe, muestra al hombre del campo, apelando metafóricamente a la fidelidad a la tradición, que ahí en lo sencillo es donde encuentra su plenitud, “en el fondo de su alma conserva el tesoro de la serenidad, forjada en los días tranquilos de su vida” [61].
Con fecha 8 de junio de 1966 publica una carta en el ABC, sosteniendo la Monarquía Tradicional como “continuadora y superadora, no regresiva”, de la victoria militar de nuestra Cruzada de Liberación, puesto que:
La Monarquía Tradicional, o sea, continuadora, no es una opción, es una necesidad, y sus instituciones y estructuras no pueden reducirse a poner parches a sistemas en descomposición.
En orden a su restauración hay dos tendencias: la de los que ven en ella la posibilidad de volver a un libre juego de partidos políticos, que llaman normalidad constitucional, y que esgrime como principal argumento lo que pasa en otras partes, y la de los que aspiran a que abra el camino a la gran obra política, digna de nuestra Cruzada, que reivindique nuestra personalidad, incorpore directamente al pueblo al nuevo orden político y haga posible, en un Estado abierto, una mayor aproximación con los demás de nuestra estirpe.
El Tradicionalismo representa esta segunda tendencia. Ha dejado todo carácter de partido político, porque no se ve obligado a vivir en un sistema y porque lo que podía hacerle aparecer como tal, o sea la cuestión dinástica, por designio providencial, ha dejado de existir. [62]
Con fecha 10 de diciembre de 1966, responde por escrito en el ABC, a la siguiente cuestión, “¿Qué votará usted el día 14 y por qué?”, a colación del referéndum nacional en el que se sometía a la aprobación de los españoles la Ley Orgánica del Estado. Arauz de Robles escribe:
Voy a votar que sí, porque sin entrar a considerar la constitución de algunos órganos, el riesgo de que algunas representaciones puedan ser desvirtuadas y los reparos que a todo sistema electoral con ámbito nacional pueden moverse, mucho más si se someten a él cuestiones resueltas en actuaciones irrevocables, la Ley resuelve dos problemas capitales en el ordenamiento político: el primero, el de la sustitución de los “partidos”, que interpuestos como cuerpos extraños entre la nación y el Estado creaban entre ellos una situación de divorcio permanente, opinión pública, impidiendo el libre acceso de la misma al Poder y a la Representación, que quedaba así suplantada por una oligarquía, sea de un partido, sea de varios, por los organismos corporativos, en que los hombres, naturalmente, se asocian, viven, trabajan y crean en legítimas repúblicas que permiten decisiones democráticas responsables y la presencia ante el Estado de la Sociedad, tal como ella es y siente cada momento.
El segundo problema que resuelve la Ley es el del Régimen que queda definido como Monarquía, no sólo por fidelidad al 18 de Julio, de donde arranca todo, como advirtió Franco en su mensaje, sino porque así como la República, fruto de la escalada del principio electivo inorgánico, es el régimen propio de una sociedad masificada y de un Poder sin limitaciones efectivas, la Monarquía, con su raíz familiar y su automatismo sucesorio, es el régimen adecuado a una sociedad viva y orgánica, en posesión de una soberanía propia que condiciona y limita la del Estado.
Estas dos soluciones, la orgánica y la monárquica, se complementan y apoyan mutuamente, haciendo más fáciles los comportamientos ciudadanos.
Pero el quehacer no acaba con la aprobación de la Ley. La representación orgánica no debe ser desfigurada ni, menos, monopolizada por ningún grupo o fuerza. La Monarquía no puede tener otra misión que la reconstrucción social. Es su interés y su justificación. Para que la cumpla debe ser aceptada como es. Sus reglas la obligan más que todos los compromisos que, sin duda, pueden exigírsele.
Sólo así podrán abrirse los horizontes, que ABC señalaba en su manifiesto editorial del día 2 del corriente mes.
Votaremos que sí, porque, además, confiamos en los hombres que han de darle vida. [63]
Coincidiendo con la fecha onomástica de D. Juan, tuvo lugar la clausura de ciclo de conferencias que este curso ha organizado la Hermandad de Cristo-Rey de requetés ex combatientes.
Ante un público que abarrotaba el local, pronunció unas palabras el presidente de la Hermandad, don Luis Suárez Quesada, aludiendo a la fecha que se celebraba y en que se conmemora el santo del Jefe de la Casa Real española. A continuación, el abogado del Estado don José María Arauz de Robles pronunció una conferencia en la que analizó la eficacia del sistema monárquico de cara al futuro de España.
Examinó primeramente lo que representa la figura del Rey en la institución monárquica, de acuerdo con la tradición y con la moderna ciencia política. El Rey es el hombre que, por la designación de una serie de realidades, nacionales e históricas, y de acuerdo con la clarísima mecánica sucesoria, ejerce la primera magistratura de la comunidad política.
Precisamente porque su designación es automática, y no está sujeto a los azares de ninguna elección, puede ejercer el Rey el supremo arbitraje, con plena garantía de independencia, por encima de las presiones de los distintos grupos e intereses. Su interés se confunde con el interés del pueblo.
El conferenciante analizó después el futuro del régimen actual, que es oficialmente un reino, y elogió la prudencia y experiencia política del Generalísimo Franco.
Planteó después la necesidad de reconocer la legitimidad histórica de la Institución, que se encarna en una persona concreta; esa concreción, ese automatismo e indiscutibilidad son inseparables de la forma monárquica de Estado, y la clave de su verdadera eficacia.
El conferenciante trató por último una semblanza humana de Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona, cuya inteligencia, madurez política e inquebrantable sentido del deber representan la mejor esperanza para el porvenir de España. [64]
El mes de febrero de 1974, ante la pretensión de algunos Procuradores en Cortes de creación de las asociaciones políticas, avalados por el discurso de Arias Navarro del mismo mes, replica duramente en las páginas de la revista Maestrazgo:
“Me parece impensable que, entre los auténticos protagonistas de nuestra guerra, pueda haber alguien que acepte esa ‘idea’ de las asociaciones políticas, para participar no sé en qué si no es, en el desastre que se avecina”. [65]
Los pueblos se sienten, naturalmente, ajenos a las empresas en las que no participan y de las que son simples destinatarios. Despertar en ellos la conciencia de su protagonismo ha sido el secreto de su incorporación a las tareas históricas.
Por no acordarse de ellos más que al pedirles el voto, las “democracias” cambian de rumbo en cada elección, engendrando el desaliento y haciendo posibles los totalitarismos, que han venido a ser la última forma defensiva de los partidos y sus Estados. […]
La libertad política necesita de una posición independiente de los partidos que le permita pronunciarse sobre las cuestiones e intereses de la comunidad y aportar a las decisiones del Estado las voces y las fuerzas de una realidad social a cuyo servicio se debe.
Y termina afirmando que:
La democracia de los partidos políticos conduce a la perdida de la libertad política, porque la masa, sin otra protección que la del Estado, acaba entronizando en éste, el despotismo irreversible de los archipiélagos rusos. [66]
En diciembre de 1976, cuando ya la moda y el virus partitocrático, impuesto sibilinamente desde los aparatos del Estado, se habían adueñado de gran parte de la sociedad, reproduce en el ABC el mismo artículo, “¿Participación o restitución?” [67], que dos años antes había publicado.
Profundamente antiliberal, rechazando y denunciando la lacra partitocrática que se cernía sobre nuestra Patria, sin renegar de su carlismo y con la fe puesta en Dios, entrega su alma en gracia el 6 de agosto de 1977 en Vega de Arias, Molina de Aragón. Se ofrendan varias Misas en sufragio por su alma, destacando la celebrada el 5 de octubre del mismo año en la Parroquia de la Concepción, Madrid, iglesia que quedó pequeña con numeroso público a las puertas para rendirle el último homenaje.
Casado con Mercedes López Ramiro, tuvo cinco hijos: Fernando, José María, Jesús, Javier y Santiago. Javier, torerillo, se casó con una hija del falangista Sancho Dávila, y como su hermano menor Santiago, también abogado del Estado, sanearán y levantarán el patrimonio familiar, manteniendo la explotación de tierras y la ganadería brava, prestigiando la marca Arauz de Robles.
José Martín Brocos Fernández
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