En la fotografía, el Teniente Coronel Alejandro Utrilla con requetés navarros. |
Una orden del Teniente Coronel D. Alejandro Utrilla emplazó el 19 de julio de 1936 a los requetés en la Plaza del Castillo:
“Mañana en Pamplona, a las 6 en punto de la mañana, formarán todas las Unidades del Requeté de Pamplona con uniforme completo y armamento, en la Plaza del Castillo, enfrente del cuartel.”
El Tercio de Doña María de las Nieves fue uno de los primeros que salieron de Navarra el 23 de julio de 1936, sumando 1000 valerosos requetés. El hombre que los organizó, el hombre que los formó y el hombre que los encabezó fue D. Alejandro Utrilla Belbel, hijo ilustre de Alcalá la Real, en el Reino de Jaén.
Tras su muerte en Granada, el boletín navarro Montejurra (1960-1964), que contaba con colaboradores carlistas de toda España, le dedicó el siguiente artículo, que reproducimos íntegro:
Ha muerto el Teniente General Utrilla
El sensible fallecimiento ocurrió el pasado 12 de febrero, en Granada, viéndose rodeado don Alejandro Utrilla de todos sus familiares y habiendo sido confortado, como buen cristiano, con los Santos Sacramentos
Tenía 76 años y había nacido en Alcalá la Real, Jaén. Su decidida vocación le llevó a abrazar la carrera militar, en la que alcanzó, en el Arma de Caballería, la categoría de Teniente General y muchas distinciones y condecoraciones.
Era Teniente Coronel en los tiempos de la nefasta República y, como otros militares, cesó en el servicio activo, pues su caballerosidad e ideología le hacían incompatible con aquel régimen de oprobio. Siempre al servicio de España, su puesto estaba ahora en la conspiración y a ella se dedicó con todo entusiasmo.
Su doble condición de militar y carlista le trajo a Navarra, a comienzos del año 1936, como Inspector Regional de Requetés, pues así lo dispuso la Autoridad de la Comunión Tradicionalista, a petición de Navarra, con el fin de coordinar y reorganizar los trabajos de organización de los Requetés, ya muy avanzados pero que era preciso poner a punto. Eran los tiempos de los contrabandos de armas y de la instrucción de Oficiales y Requetés en los montes y en los campos, preparándose para el Alzamiento Nacional, absolutamente necesario si se quería salir al paso de la revolución que amenazaba con destruir a España.
La tarea de Utrilla en aquellos meses fue extraordinaria. Mainz, buen testigo de aquellos tiempos, en su obra “Alzamiento en España”, dice:
“El Coronel Sanz de Larín y el Teniente Coronel Utrilla fueron maestros consumados en la táctica del despiste de sus actuaciones en la organización. Supieron trabajar, a pesar de la vigilancia a que estuvieron sometidos”.
Y el General Redondo y el Comandante Zavala en su libro sobre el “Requeté”, escriben:
“El Teniente Coronel Utrilla particularmente desarrolló en Navarra una labor impresionante. Claro que los navarros se lo merecían. Tanto en la organización y en la instrucción, como en las actuaciones, no perdió un minuto y derrochó paciencia, ingenio y valor. Creó un magnífico cuadro de Oficiales y despertó por todas partes simpatía y cariño”.
En junio de 1936 el entonces Director General de Seguridad, Alonso Mallol, cayó en Navarra con muchas fuerzas con el propósito de estrangular la conspiración. Nada logró. Detuvo a Utrilla pero, falto de pruebas, hubo de ponerlo en libertad. A partir de ese momento Utrilla hubo de andar escondido, pero sin descuidar su misión, que culminó en la entrevista que el día 14 de julio celebró con el General Mola, siguiendo indicaciones de las Autoridades Carlistas, para ultimar el plan que a los pocos días se había de manifestar en la explosión gloriosa del Alzamiento Nacional.
Después de dedicar su esfuerzo al Alzamiento en Pamplona, el día 23 de julio salió Utrilla al mando del Tercio de Requetés “María de las Nieves” hacia Zaragoza, que estaba en situación difícil. Su llegada a Zaragoza fue definitiva en orden a volcar a la ciudad en la línea del Alzamiento Nacional, pues aunque pronunciados por él los militares y grupos de paisanos, sin embargo la fuerza de la CNT era muy grande. La osadía y valor de los Requetés confirmó la sublevación y fue Utrilla quien puso en el balcón de la Diputación zaragozana la Bandera Española, mientras en la Plaza los Requetés se cuadraban ante ella. ¡Zaragoza estaba por España! Y Utrilla tenía en su corazón esa satisfacción inmensa, unida a aquella otra, inolvidable, de haber visto llegar a la Capital de Navarra miles y miles de Requetés en los primeros días del Alzamiento.
Este fue el Utrilla de la conspiración y del Alzamiento. Que descanse en paz, en el seno de Dios. Pedimos a nuestros lectores oraciones por su alma y enviamos a su viuda la Excelentísima señora doña Consuelo León Brezosa y a sus hijos y familiares, la expresión del doloroso sentimiento de “MONTEJURRA”.
MONTEJURRA n.º 26 (marzo 1963), p. 2
D.Alejandro Utrilla Belbel, no Bellver. Primo hermano de mi abuela.
ResponderEliminarAtentamente,
OPB.
Lo hemos corregido. ¡Muchas gracias!
ResponderEliminarEl heroico teniente General Alejandro Utrilla q.e.p.d. fue miembro activo y principal de la Regencia carlista de Estella y hasta se cree formó parte de su Junta que presidida por Sivatte formaban en ella además según muchos:
ResponderEliminar-R.P. Jaime Suriá, antiguo confesor de D.Javier de Borbón Parma.
-R.P. Bruno Lezaun
-José María Cusell, de Canarias, Secretario Nacional de las Juntas Carlistas de Defensa.
- Ignacio de Orbe de Navarra
- Conchita Díez-Conde
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sobre la RENACE
regenciacarlista.blogspot.com
Conocí al ilustre sr. también a sus hijos en particular a Paco
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