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lunes, 20 de junio de 2016

Senante en Málaga (1908)

Tal día como hoy, 20 de junio, en 1908, la ciudad de Málaga recibía la visita del gran tribuno integrista —posteriormente carlista— D. Manuel Senante, que contó con la asistencia de los carlistas malagueños, lo que evidencia el ambiente de cooperación que reinaba entre ambas formaciones antiliberales durante el periodo alfonsino y que posibilitaría su posterior reunificación en 1931. Así narraba el acontecimiento el diario El Siglo Futuro:

Manuel Senante Martínez
(Alicante, 1873 — Madrid, 1959)

SENANTE EN MÁLAGA  
Tomo la pluma hoy para escribir esta información bajo la impresión de entusiasmo más grande que en vez alguna lo he hecho, y al mismo tiempo con la seguridad de no saber yo acertar a describir toda la importancia que tiene para la política de esta ciudad la venida á ella de nuestro diputado D. Manuel Senante, según lo que ha hecho afianzar las ideas francamente antiliberales aquí, y acaso lo que ha hecho titubear en sus direcciones á aquellos otros que, engañados, caminaban por senderos diversos, ó no caminaban, que es caso demasiado frecuente en estos tiempos.
El sábado, á las cinco y media, llegó el señor Senante, acompañado desde Bobadilla por el presidente y secretario de la Junta regional integrista, D. Ignacio Fernández de la Somera y D. Enrique Huelin. En la estación aguardaban al ilustre viajero muchísimas personas, todas afectas á las ideas antiliberales y pertenecientes á los diversos grupos que hay en el Circulo anliliberal.
Desde la estación se dirigió la comitiva al Palacio obispal, donde el Sr. Senante ofreció sus respetos al Prelado, dando así público testimonio de la incondicional adhesión á la Iglesia de la política tradicional española que representa. 
El señor Obispo recibió al diputado católico y á todos los que le acompañaban (unas 140 personas) en el salón del trono, y con frases afecutuosas le dió á aquel la bienvenida y á éstos los felicitó por la obra de propaganda que hacían trayendo á Málaga un tan esforzado paladín de la política católica.
En la noche, el presidente de la Junta regional invitó a comer en su domicilio al Sr. Senante y a los señores de la misma Junta que estaban presentes en esta ciudad y no imposibilitados por enfermedad u otras causas. Durante la comida reinó la más franca cordialidad y oímos de la boca autorizada del Sr. Senante la exposición de algunos puntos de orientación para su desenvolvimiento aquí, compatibilizados con las circunstancias locales, como manera de llevar la obra de propaganda.  
Ayer, por la mañana, el Sr. Senante y muchísimos de sus amigos, concurrieron á la Catedral á oir la Misa que celebró el Prelado como término del Triduo eucarístico que se celebraba, y en ella se repartió el Pan de los Angeles á todos.  
A las doce se celebró un almuerzo íntimo en los jardines de Hernán-Cortés, y en medio de la más abierta confianza y jovialidad ganó el señor Senante la simpatía personal, que fácilmente conquista su carácter franco y sencillo.  
A las tres de la tarde recibió en el hotel donde se hospeda la visita del Prelado.  
Y por la noche se llevó á cabo el acto verdaderamente fundamental que es seguro que ha de señalar un momento muy determinado en la historia del integrismo local y en la vida del Círculo antiliberal, que comienza sus trabajos realizando un acto de propaganda de tal importancia.  
El salón principal del Círculo estaba completamente lleno, figurando en primer lugar muchas y distinguidas señoras, de las que con muchísima razón decía el Sr. Senante que podía esperarse muy decidido y eficaz auxilio para el triunfo de nuestras aspiraciones. 
Las demás dependencias del Círculo estaban materialmente ocupadas por hombres tanto como de verdad cabían, la mayor parte de pie; la Secretaría, la biblioteca, los pasillos y el guardarropa. Respetables Capitulares, entre ellos nuestro querido amigo el Penitenciario D. Francisco Muñoz Reina, que ha acompañado al Sr. Senante en todos los momentos; representaciones de los reverendos Padres Capuchinos de Ubrique y Trinitarios de Antequera; comisiones de integristas y de antiliberales de Vélez, Coín, Alora, Torrox, Colmenar, y la Junta regional da Sevilla, que había hecho el honor al corresponsal que suscribe de confiarle su representación en estos actos. Concurrió también todo el personal del partido integrista local, la casi totalidad de los carlistas de Málaga, y un número considerable de católicos antiliberales completamente identificados con nuestro credo político, pero que no tienen filiación determinada en ninguno de los dos partidos tradicionalistas.  
La mesa estaba constituida por el presidente del Círculo, D. Enrique Huelin, que tenía á su derecha a D. Manuel Senante, á su izquierda á D. Ignacio F. de la Somera, presidente de la Junta regional integrista, á D. Gerardo M. Casado, concejal de este Ayuntamiento y vicepresidente del Círculo antiliberal.  
El Sr. Huelin, con la frase sencilla que le es propia, hizo la presentación del Sr. Senante, bosquejando, en pocos y salientes rasgos, la historia política de éste y su significación en los actuales momentos, dándole las gracias, á nombre del Círculo, por la dignación que tenía de venir á ocupar su tribuna.  
Seguidamente el Sr. Somera, á nombra de los integristas de esta región, saludó al Sr. Senante por sus brillantes campañas parlamentarias y el acierto con que viene dirigiendo EL SIGLO FUTURO. 
El Sr. Casado también dio al Sr. Senante la bienvenida y le saludó á nombre de los católicos independientes antiliberales, ó sea sin filiación á los partidos tradicionalistas. D. Vicente Chervas que debía hacer igual saludo á nombre de los carlistas del Círculo, se encontraba enfermo y no pudo concurrir, privándose, no sólo del gusto de escuchar su elegante palabra, sino de ver completo el cuadro en aquel momento.  
Entre un ensordecedor aplauso se levantó á hablar el Sr. Senante.  
Seguir el hilo de su discurso para extractarlo es imposible. Todo el credo integrista en admirable síntesis fué el objeto de ella. Con su frase elegantísima, con su decir correcto y con su elocuencia arrebatadora, señaló la gran importancia que tiene en estos momentos históricos la acción antiliberal en la política española, haciendo resaltar todos los males que positivamente han traído á España los partidos que se llaman liberales, desde el más radical hasta el más moderado ó conservador, y que nos han conducido á la ruina, y á titulo de libertad, han acabado con la verdadera y cristiana libertad en todos los órdenes sociales, produciendo el desquiciamiento de la enseñanza, la hacienda pública, la armada y el ejército, la familia, el Municipio, la región y hasta las relaciones internacionales. 
Y completó el cuadro llenando el fin que principalmente se había propuesto, ó sea excitar los entusiasmos y arengarlos para la lucha, advirtiendo en párrafos de sorprendente elocuencia, los peligros y sinsabores que esa lucha tiene, pero él compromiso de honor que tenemos los católicos españoles para trabajar sin descanso hasta matar el liberalismo, todo liberalismo, autor de nuestra ruina, y reedificar nuestra gloriosa tradición sobre la base de la unidad católica.  
Para ello —decía el Sr. Senante— debemos ante todo ser intrasigentes con todo lo que quiera empañar el brillo de nuestros salvadores ideales, por muy habilidoso que sea el disfraz con que oculte sus aviesas intenciones, estando apercibidos para evitar toda sorpresa, y en segundo lugar, trabajar sin descanso, con absoluta y verdadera sumisión á la Iglesia santa de Dios y á sus Prelados, para la implantación y realización de nuestro programa en la vida pública, procurando ser nosotros como savia que lleva su saludable influjo á todos los organismos del cuerpo social, hasta conseguir paso á paso con decisión y perseverancia la restauración absoluta, íntegra, radical de España en Cristo, y que éste reine en las leyes, en las instituciones, en el poder; en una palabra, sobre toda España.  
A grandes rasgos expuso después las ventajas de la constitución tradicional regionalista de España, comparándola con la actual Constitución, ficticia, centralista y liberal.  
Dedicó un sentido y caluroso recuerdo al que fué nuestro ilustre jefe, D. Ramón Nocedal, en cuyos heroicos trabajos debemos inspirarnos, y propuso también como ejemplos que imitar á los beneméritos integristas andaluces, Mateos Gagol, insigne polemista, maestro entre los maestros; Mariscal, brillante periodista, elocuente tribuno e infatigable y benemérito luchador de la causa integrista, y la por tantos títulos ilustre malagueña, modelo de señoras cristianas, doña Trinidad Grund.  
Felicitó á los iniciadores del Círculo y á cuantos de él formaban parte; estimuló á éstos á perseverar, y á los que á él no pertenecen á estudiar reflexivamente nuestro programa, cuyas excelencias les llevarán á abrazarlo. Y terminó, después de dedicar sentidas frases de elogio á Málaga, excitando á todos los malagueños á ser los primeros en la defensa de la libertad, como dice su escudo, pero de la verdadera, de la única, de la cristiana libertad.  
Los párrafos de este brillante discurso eran acogidos todos por prolongados aplausos y los entusiasmos crecieron por momentos y se exteriorizaron con frecuentes interrupciones y signos de aprobación, que en esencia eso es la verdad que se impone y que se acepta universalmente por todos, aun por aquellos que tienen filiación en partidos liberales en cuanto se les habla á la conciencia y se les hace parar la imaginación á contemplarla desposeída de lo que le sugestiona su propio interés.  
El discurso del Sr. Senante fué un éxito colosal, más que para el ilustre orador, que no lo necesitaba sobre los ya ganados en su vida pública, para esta ciudad y para los antiliberales de ella.  
El auditorio rindió el justo tributo que merecía, pero no regateó su calurosa felicitación á la Junta del Círculo, que tomó sobre sí la empresa de traer á tan ilustre hombre á sus salones, y también agradeció mucho al Sr. Somera el que hubiera puesto al servicio de las ideas toda la fuerza integrista de que es dignísimo presidente en esta región.  
Y tanto á la Junta del Círculo como á la del partido integrista, veíasele gozar en la consideración del éxito de su empresa, en cuanto ésta determina entusiasmos en sus adictos y asegura éxitos no lejanos. 
Dios lo consienta y premie las buenas intenciones. 
JOAQUÍN BUGELLA.
22 Junio 1908

El Siglo Futuro (24/06/1908)

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