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lunes, 25 de julio de 2016

Engelbert Dollfuss, el canciller de oro

Tal día como hoy, 25 de julio, en 1934 el canciller católico austriaco Dollfuss era asesinado por «una cuadrilla de nazis». La Italia de Mussolini movilizaría 32.000 hombres contra la amenaza pangermanista, el mismo mal que, paradójicamente, acabaría arrastrándola (al igual que a otros muchos países católicos) a una guerra que se había iniciado como revancha de la Prusia protestante para aniquilar a la católica Polonia.

Los posteriores tintes de cruzada anticomunista que adquirió la Segunda Guerra Mundial no deben hacernos perder de vista el anticatolicismo de Hitler y sus secuaces, ni los innumerables crímenes nazis perpetrados contra tantos sacerdotes y religiosos, con una manera de actuar que recuerda mucho a la de los rojos en España, ya que, a la postre, tanto el nazismo como el comunismo compartían su enemistad a la Civilización cristiana. No en vano, liberales, marxistas, nazis y la actual "extrema derecha" de las descristianizadas Alemania y Austria, admiraban y siguen admirando la Revolución de Marzo de 1848, en la que todos ellos se reconocen (aun cuando unos le den un sentido más nacionalista y otros más democrático) pues son de la misma progenie y comparten el mismo odio a la antigua Cristiandad.

Uno de los primeros de tantos miles de crímenes nazis fue el asesinato de Engelbert Dollfuss, el canciller de oro. Así reseñaba Fabio su vida y su muerte en el órgano de prensa de la Comunión Tradicionalista durante la Segunda República, El Siglo Futuro:

Engelbert Dollfuss (1892-1934)

ENGELBERT DOLLFUSS
-
EL CANCILLER DE ORO
-
Metternich... Bismarck

Muy de veras sentimos la muerte de Dollfuss, como dignísimo canciller de la noble nación austríaca. Doblemente la sentimos por haberla empapado en sangre la garra de la tragedia. Pero aún la sentimos más porque, perteneciendo a la gran familia católica, era nuestro, era de todos los católicos del mundo, y en muchos órdenes estímulo y dechado para todos.

Entre los políticos más célebres que ha visto desfilar Europa por los gobiernos de sus naciones, desde más de una centuria para acá, Dollíuss es el más sano de espíritu, de corazón y de cabeza.

No sin razón lo comparan con Metternich... Metternich, simpático en Inglaterra, en Francia y en Italia por sus talentos diplomáticos, tuvo especial atención para la política de Francia, porque así convenía entonces a la seguridad del pueblo austríaco. Dollfuss, simpático por sus diplomáticos talentos en Londres, en París y en Roma, tenía especial atención para la política italiana, porque así convenía a la independencia de su nación. Metternich va al Congreso de Viena, a la Santa Alianza y a la Cuádruple, no exento de aquel espíritu con que las grandes potencias de entonces colaboraban, a sabiendas o sin saberlo, a la preparación de las catástrofes presentes. Dollfuss va a la Sociedad de Naciones y a Otros acuerdos internacionales con su espíritu siempre independíente y exento de la general corrupción. La empresa de Metternich era menos ardua que la de Dollfuss; aquélla se limitaba a la seguridad, y ésta se extendía a la independencia de Austria; pero una independencia que requiere el rompimiento de las cadenas internacionales y nacionales que echó sobre Austria la catástrofe de la guerra del 14. Esta independencia, esta libertad, en que heroicamente trabajaba Dollfuss de día y de noche, fuera y dentro de las fronteras, él la informaba con el espíritu tradicional católico, replegándose hábilmente a la tradición. Finalmente Metternich, al cabo de sus esfuerzos por servir a su patria, fue blanco de las iras del populacho liberal —los terroristas de su tiempo—, de cuyas garras escapó milagrosamente. Dollfuss sucumbe... No sin razón, pues, se compara con Metternich; pero en muchas cosas Dollfuss supera a Metternich.

Como supera a Bismarck en muchas cosas. Porque Bismarck, promoviendo la guerra al Pontificado absurdamente, y buscando, más absurdamente, la unidad religiosa en el protestantismo, y por ello desencadenando el Kulturcampf, mientras incurría en errores políticos tales que se reputan como causa principalísima de infinitos horrores, por no darse cuenta de que ya en su tiempo la política se transformaba de europea en universal, es el canciller de hierro; pero es también canciller de barro en orden a la civilización general, al lado de Dollfuss, que sabe lo que es el Pontificado, y sabe que no hay unidad religiosa sino en el catolicismo, y busca en el catolicismo el espíritu de la personalidad perdida del pueblo austríaco para restablecerla. Canciller de oro.

Y esa cuadrilla de asesinos que rufianescamente lo asesinan ¿son nazis? ¿Qué garantías de orden ofrecen esos nazis?... Véase cómo, replegándose al racismo, para dar en la pura raza, en lo que se da es en la barbarie de la pura raza. ¿Qué dictadura no está justificada contra estos bandoleros y contra los otros también?

Nuevamente suplicamos a nuestros lectores algún sufragio por el alma de Dollfuss, que pasó de este mundo (creemos que confortada con los auxilios espirituales, aunque dicen que sus asesinos impidieron los auxilios del médico y los del sacerdote) aureolada de martirio; porque no será ajeno a la trama de su asesinato su patriotismo católico, su tradicionalismo austríaco.

FABIO

El Siglo Futuro, 27 de julio de 1934

¡¡Santiago y cierra España!!



















Camina Santiago Apóstol
predicando la fe santa...

Camina Santiago Apóstol
por las veredas cristianas
y su corazón entrega
abrasado en sus palabras.

Por el Redentor divino
emprende la gran Cruzada
y va tejiendo oraciones
como rosas perfumadas
que en los pechos, apagados
a la fe, dan su fragancia
e infunde vida y eleva
hacia un cielo de esperanzas,
rendidos ante el milagro
que brota de sus plegarias.

¡Así camina el Apóstol
predicando la fe santa!...

El Salvador de los hombres
su estela de luz le traza
para que por ella el mundo
hacia su Amor le llevara.
Y Santiago peregrino,
en cabalgadura blanca,
con estandarte radioso
y con redentora espada,
difunde la fe de Cristo
por los ámbitos de España.

⚜ ⚜ ⚜

A su paso un bello día
y a la mágica sonata
que el viento canta al mecerse
del Ebro en la linfa clara,
junto a su fértil orilla,
bañada de nieve y nácar,
sobre el Pilar sacrosanto
que los ángeles labraran,
surgió la Virgen María
para encender la Cruzada
que emprendiera el Santo Apóstol
con estas dulces palabras ;

¡Por los siglos de los siglos
España será cristiana!

⚜ ⚜ ⚜

Vuelve, Santiago, tus ojos
hacia esta tierra adorada...
Sigue predicando a Cristo
e inúndanos en tu gracia.
Nosotros vamos contigo,
tras el fulgor de tu espada,
dando al viento la Bandera
que conservamos sin mancha;

esta Bandera bendita,
emblema de la esperanza,
que entre sus pliegues sagrados
luce el lema de tu España;
esta Bandera invencible
que el Caudillo de tu Raza
en estas horas de angustia
coa heroísmo levanta;
esa Bandera que mira
con patrióticas nostalgias
el Príncipe valeroso
por el que ansía la Causa;

esa Bandera sublime
que fue gloriosa mortaja
de los valientes soldados
de Montejurra y de Lácar;
a que entre nimbos de gloría
y con cantos de batalla
alzó el REY con sus legiones
por su DIOS y por su PATRIA.

Vamos contigo a la lucha,
dispuestos en cuerpo y alma
a seguir tus derroteros
pensando sólo en España...

⚜ ⚜ ⚜

Ayúdanos en la empresa,
y atiende nuestras plegarias
encendiendo a los que llevan
la luz de la fe apagada
por rencores, egoísmos
y predicaciones falsas,
con las palabras que un día.
entre las espumas blancas,
en las márgenes del Ebro
la Virgen dio a tu Cruzada.

Diles muy quedo, muy quedo,
para dejarles grabadas
por siempre en sus corazones,
aquellas dulces palabras:

¡Por los siglos de los siglos
España será cristiana!


JOSÉ LUIS VALVERDE

martes, 19 de julio de 2016

Celebración del 80 aniversario del Alzamiento Nacional en Granada

Un puñado de tradicionalistas y simpatizantes del Círculo General Carlos Calderón de Granada nos reunimos ayer, 18 de julio, para celebrar un año más el día del Alzamiento Nacional, del que se cumplen 80 años, y honrar a todos los que dieron sus vidas por la tradición católica de España. A tal fin acudimos al cementerio a rezar por los muertos de la Cruzada en el patio en el que yacen los caídos por Dios y por la Patria.



Oración

Oh Dios, Creador y Redentor de todos los fieles, concede la remisión de todos sus pecados a las almas de tus siervos que por Ti y para que España fuera siempre tuya, gozosos sufrieron el martirio. Y a nosotros, por su intercesión, haznos dignos de su sacrificio con una vida pura y plenamente ajustada a tu Voluntad, para gozar también de la felicidad del descanso y los esplendores de la luz eterna. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Manifiesto

Nos hemos reunido en este campo santo para honrar a los que dieron sus vidas por Dios y por la patria y conmemorar y reafirmar las dos premisas fundamentales del 18 de julio: que fue una Cruzada y que el Requeté salvó a España.  

Esto no es una actitud nostálgica, sino una reivindicación política de primer orden. Los partidos políticos quieren que la Iglesia pida perdón por la Cruzada para que la orfandad política de los católicos aumente, para que cualquier reacción ante la inmoralidad reinante sea deslegitimada y para que la estrategia postconciliar suicida de reducir la religión al ámbito de lo privado y de las sacristías (sacristías e iglesias que en 1936 no recibieron el respeto de los criminales de la izquierda) llegue a sus últimas consecuencias con el total desarme doctrinal e ideológico de los católicos en la política.

La Comunión Tradicionalista, sin ninguna clase de hipotecas ni componendas, se reafirma coherente con su trayectoria histórica de 1936 y proclama un año más su orgullo por el sacrificio para la derrota del marxismo. 

Aquel 18 de julio se produjo una legítima sublevación contra un poder tiránico, sectario y antiespañol. Es una asignatura pendiente el saber distinguir entre lo legal y lo moral. Y es moral y acorde con nuestra santa Fe católica el tiranicidio y el alzamiento contra los poderes ilegítimos. 

La República, nacida paradójicamente de unas elecciones municipales en las que los republicanos no obtuvieron ni siquiera la mayoría, fue consecuencia de la cobardía de una dinastía usurpadora que se desentendió del futuro de España. Las mismas izquierdas que tanto decían defender la legalidad republicana no tuvieron reparo en alzarse sangrientamente contra ella en 1934 ante el resultado adverso de las urnas. 

Pero hoy día, por culpa de las derechas burguesas, la izquierda ha elevado a dogma democrático que los levantamientos armados de las izquierdas son revoluciones populares y si esos levantamientos son de signo patriótico y religioso son golpes de Estado. 

Para el Carlismo el 18 de julio fue ni más ni menos que la culminación gloriosa de muchos años de preparación para un enfrentamiento que se entendía inevitable entre la España católica y la Antiespaña. Por eso reivindicamos la Cruzada de Liberación Nacional y a los héroes que hicieron posible la victoria.

¡Viva Cristo Rey!
¡Viva España!
¡Viva el Rey legítimo!


A continuación fuimos al cercano mirador del Barranco del Abogado para divisar la ciudad que hace 80 años ganaron los bravos militares y requetés para la causa nacional.


Finalmente, en ambiente de camaradería y siguiendo la sana costumbre de nuestra tierra, no pudo faltar un brindis por la gesta del 18 de julio con un buen tapeo.

miércoles, 13 de julio de 2016

Héroes del periodismo carlista: Salvador Morales Marcén

Salvador Morales Marcén
Salvador Morales y Marcén (Épila, ca. 1836 - Madrid, 13 de julio de 1914) fue un periodista español que dirigió numerosos periódicos de la causa carlista a lo largo de cinco décadas.

Nació en Épila (Aragón) alrededor de 1836. De joven estuvo implicado en la intentona carlista de San Carlos de la Rápita de 1860, por lo que fue perseguido y tuvo que refugiarse en Francia, participando en las conspiraciones que realizaban los carlistas en el exilio.

Tras la Revolución de 1868, Morales dirigió el periódico El Papelito Aragónes de Zaragoza. Al iniciarse la Tercera Guerra Carlista, Carlos VII lo incorporó en su cuartel general con el cargo de primer aposentador, confiándole la redacción y posteriormente la dirección del periódico oficial de la causa, El Cuartel Real. Con una imprenta portátil, Morales, Melgar y Valbuena seguían los sucesos de la guerra, redactando la crónica de la contienda bajo el fuego del ejército enemigo. Correspondía a los escritores carlistas la tarea de levantar el ánimo de los combatientes en los momentos de mayor desaliento.

Tras la derrota, Morales prefirió el destierro al indulto que ofrecían los poderes ilegítimos, por no quebrantar su fidelidad al rey proscrito. Se exilió en Burdeos, Angulema y más tarde en París. Ya en su vejez, evocaba feliz esta época de su vida de hambre y miseria:

Entonces, lo de menos era comer; nos alimentábamos con esperanzas. ¡Qué importa el acostarse sin cenar, cuando uno cree hallarse en vísperas del triunfo!

Posteriormente, Don Carlos le ordenó que se acogiese a la amnistía, al considerar que la causa necesitaba de sus servicios en España. Entonces fundó y dirigió periódicos carlistas en diversas ciudades de la geografía española. En Santander dirigió La Verdad, por cuyos artículos fue juzgado; en Zaragoza, El Intransigente; en Lérida, El Almogávar Leridano. A esta labor dedicó toda su vida, sin abandonar la esperanza en el triunfo del tradicionalismo.

Ya viejo fue llamado a dirigir El Correo Catalán en Barcelona, donde permaneció varios años. Los redactores y colaboradores del diario, la mayoría jóvenes, escuchaban con interés los relatos de sus recuerdos. Uno de ellos, Domingo Cirici Ventalló, confesaría la gran influencia que tuvo Salvador Morales en su adhesión al carlismo:

¿Quién sabe si mas que la tradición de familia y más que los impulsos sentimentales, hijos de convicciones hondamente arraigadas, que el fuego de la lucha templó y maduró, influyeron en el origen de nuestra profesión de fe política los relatos emocionantes de aquel viejecito lleno de fortaleza, que lloraba como un niño al hablar de su Rey y de las gestas gloriosas de que había sido testigo en sus tiempos mozos?

A raíz de la pérdida de Cuba y Filipinas, se intensificó la actividad carlista y preparó con Juan Vázquez de Mella, y los demás dirigentes del movimiento, un levantamiento que no prosperó. Ese fracaso desanimó a muchos legitimistas, pero Morales mantuvo el optimismo.

En 1909, tras la muerte de Benigno Bolaños, director del órgano de prensa del partido, El Correo Español, el nuevo caudillo legitimista, Don Jaime de Borbón y Borbón-Parma, encargó a Mella la búsqueda de un sucesor. El diputado asturiano propuso a Morales por su historia, talento y méritos. Salvador Morales se trasladó entonces a Madrid, asumiendo la dirección del periódico, en cuyas columnas definió así el tradicionalismo:

El Tradicionalismo es la historia, es la tradición, es la fe, es el alma española, y sin alma no viven las naciones ni los individuos.

Sus artículos, firmados con el seudónimo Loresma, parecían escritos por un joven «por la valentía y el ingenio con que escribe», dirían algunos lectores. En un artículo que le dedicó Cirici Ventalló al producirse su fallecimiento, afirmaba que aún en su vejez, Morales era joven: «tenía la juventud de la fe, la eterna juventud que proporcionan el entusiasmo y la esperanza».

Fuentes:
Apuntes bibliográficos de la prensa carlista (José Navarro Cabanes, 1917)
El Norte (18/7/1914)