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viernes, 1 de junio de 2018

Moción de censura. Análisis y reflexiones.

Moción de censura. Análisis y reflexiones.



Entre muchos de nosotros, los carlistas, hay una gran agitación por la situación que ha dejado la moción de censura a Mariano Rajoy, con la subida al poder de Pedro Sánchez y sus entendimientos con los separatistas catalanes y sobretodo vascos, y muchos temen incluso por la propia unidad de España.

Todos parecemos estar de acuerdo, incluidos nuestros enemigos revolucionarios, en que esta es una situación clave en nuestra historia política reciente, si bien aquellos no han llegado a comprender lo que realmente significa. Las izquierdas creen que esta situación es un hecho histórico en el que el "reducto del franquismo" ha sido expulsado del poder del descrédito más absoluto con el caso Gürtel, en medio de una moción de censura ganada por los elementos progresistas de la sociedad, adelantando un gobierno progresista y tal vez una futura coalición de izquierdas. 

Lo que no se han dado cuenta es que España tiene pulso, como demostró 2017, aunque para que se note, debe realizarse una gran presión sobre los españoles, y una victoria de Sánchez podría poner los medios de otra gran reacción, que en el caso de que los peores pronósticos se cumplan y se rompa la unidad nacional, supondrá la revuelta definitiva contra las izquierdas y la subida al poder del primer partido que proponga la reconquista de Cataluña, y que por supuesto excederá la peor de sus pesadillas, algo peor que el PP y Donald Trump juntos.


Tras la victoria de Rajoy en 2012, su legislatura ha dejado estas perlas: pasividad gubernamental ante el ensayo del referéndum de Artur Mas, incapacidad de reacción política y complicidad ante el referéndum y declaración de independencia de Carles Puigdemont, la oportunidad perdida del 155 de desmontar la maquinaria separatista y conflicto entre el ministro de Justicia y el Consejo General del Poder Judicial por la intervención pública de aquel sobre el asunto de la Manada. Hace poco, una masa de partidos se han puesto de acuerdo y han echado al presidente del gobierno y han puesto en su lugar a otro distinto, que ha dejado bien claro su entendimiento con independentistas y su buena voluntad hacia ellos. Otro llegará que bueno me hará.

Con esta coyuntura, la moción de censura ha terminado de dejar claro a los españoles la naturaleza del sistema democrático en el que viven. La democracia no es más que el marco en que oligarquías políticas se disputan entre sí el poder. La soberanía del pueblo y las elecciones no son más que la excusa de éstas para justificar el hacerse con el poder, y tan pronto se sustentan sobre la voluntad popular, que la interpretan o incluso la desdeñan si así les conviene, evitando las elecciones o logrando el poder por acuerdos entre sí mismos, cuando no. Los partidos, para lograr el poder, están dispuestos a sacrificar el bien público, la estabilidad política e incluso la unidad nacional para lograr sus rastreros propósitos disfrazados de causas filantrópicas. 

La gente se está empezando a dar cuenta de ello, sin embargo todavía consideran a la democracia como único modelo de gobierno viable, sin estar dispuestos a convertir sus críticas de meros rumores a hechos. Sin embargo, en cuanto se den cuenta de que existen más alternativas que la democracia y salgan de los estrechos horizontes mentales en que políticos y mass media les han metido... vamos a ver cuánto dura.

Esta situación a nosotros en teoría nos conviene, y de hecho deberíamos estar disfrutando del espectáculo del que somos espectadores en primera fila y capaces de entender y disfrutar la grandeza de esta función. Pero hay un problema. Este colapso amenaza con el desmembramiento de España, con la independencia de Cataluña y País Vasco y el surgimiento de unos independentismos en otras regiones tan desactivados como absurdos. Nosotros esperamos tener nuestro momento cuando el sistema colapse y todas las demás opciones fracasen estrepitosamente. Pero cuando eso suceda, nos gustaría que España siguiese existiendo y permaneciese de una pieza.

Para evitar esto, caben tres soluciones:

A) Que se produzca una rápida Restauración, previsiblemente con ayuda del Ejército, que proclame a Enrique V de España, ilegalice los partidos independentistas bajo cargos de sedición al apoyar el golpe de Puigdemont, y arreste a los altos cargos de Podemos, del PSOE, y del PP (y tal vez de Ciudadanos) bajo acusación de traición a la Patria por apoyar o entenderse con separatistas y sediciosos. Luego, que se desmonte la maquinaría de lavado de cerebro separatista, se desmonte el estado partitocrático y se pongan las medidas para que esta situación no se de nunca jamás. Esto sería una solución definitiva, pero debido a la situación externa a nosotros, y a la limitación de nuestros números y nuestro peso casi etéreo en la situación actual es altamente improbable.

B) Que el Jefe de Estado a título de Rey (alias, el Usurpador, o Felipe "VI") asuma personalmente el Gobierno durante el resto de la legislatura como mínimo, dejando el resto de ministerios a los partidos dependiendo de la primacía de la materia de sus programas (economía, sociedad, cultura, ect) hasta el fin de la legislatura para al menos obtener algo de estabilidad. Es una solución provisional, si bien se podría mantener con hacerlo presidente del gobierno perpetuo, y estableciendo elecciones por cada ministerio, concorde a los diversos programas. Podría asegurar la unidad nacional prescindiendo de pactos con separatistas (y pactos en general), aunque no solucionaría el problema independentista definitivamente, ni el resto de nuestros problemas Poco probable.

C) Que se convoquen elecciones generales. Es la única opción no supone alterar el ordenamiento constitucional y jurídico vigente.
El escándalo de la casita de 600.000 euros de Pablo Iglesias y la imagen que ha dado el PSOE les hundiría en las elecciones, dejando lugar a un probable Albert Rivera como presidente y tal vez una coalición entre Ciudadanos, Vox y los restos del PP, que en el mejor de los casos asegurará la unidad de España y que no haya cesiones a los separatistas durante un tiempo. Es más probable que Enrique V sea proclamado Rey en la Catedral de Toledo por el cardenal primado de España y tras proclamación popular y conversión masiva, que se convoquen elecciones democráticas generales (nótese la ironía).

Como se ve, ninguno de estos tres escenarios es posible, especialmente en estos momentos en los que los hechos ya se han consumado. En esta situación, el PSOE, con el apoyo de Podemos, el PNV y los separatistas catalanes, confirmará a Tardà en Cataluña, probablemente liberará a los golpistas o pondrá los cimientos para ello, y tal vez inicie una legislación que refuercen las ya arbitarias leyes penales feministas. Pero no todo será para ellos un camino de rosas.

Sánchez e Iglesias son conscientes de que están en una situación difícil, así que van a tratar de ganar tiempo durante el supuesto año que Sánchez va a estar de presidente. Con esta jugada se están poniendo ambos con la espada en la pared, pues si les sale bien, tal vez conserven su situación en el escenario político, pero si les sale mal, pueden hundirse completamente en las próximas elecciones, siendo sustituidos previsiblemente por Ciudadanos y por Vox. 

En efecto, todo dependerá de que logren llevar a cabo de que mantengan el nivel de la economía al menos como estaba en la moción de censura, y que logren un gobierno estable a pesar de la oposición de los diputados del PP, bastante más numerosos que los 84 de los PSOE, y que aún así sus reformas sociales no sean polémicas y que su mandato no se vea salpicado de polémicas ni escándalos. De hecho, tenemos que tener en cuenta, que al nombrarse un presidente que no ha sido elegido por la ciudadanía, sino por pactos entre políticos, y que después de llevarse a la boca tanto "la democracia" o "los ciudadanos y las ciudadanas", no pretendan solucionar esta situación mediante elecciones generales, como si ha hecho Ciudadanos (llamados por Iglesias, fascistas), les deja en una tesitura tan delicada, que o lo hacen muy bien o les va a ir muy mal.

Si no dan lugar a que se olvide con un buen gobierno (o con muchas polémicas) y es bastante probable, habrá un considerable cambio en las reglas del juego de partidos que se ha desarrollado hasta ahora. También puede incluso darse la situación de aparición de nuevos partidos en la escena política. Con respecto a los independentistas, caben dos opciones: la sola sustitución de Ciudadanos y Vox por estos partidos (no hay cambios apreciables) o un cambio más profundo, en el que los partidos independentistas pierdan su posición de más beneficiados (PNV), algo bastante probable en caso de pretender una coalición o pactos con los viejos y derrotados partidos (PP, PSOE y Podemos) y traten de buscar la independencia por despecho, por lo que esperemos que Vox o Ciudadanos sean partidos más competentes que el PP, por lo menos, a la hora de hacer cumplir la ley.

Con la toma del poder de Sánchez, los separatistas serán los primeros beneficiados, así que cabe la posibilidad de que Ciudadanos o Vox convoquen manifestaciones para reclamar la dimisión de Sánchez y la convocatoria de elecciones para acelerar la situación descrita y tratar de marginar a los separatistas, o que se limiten a hacer prometer a Sánchez que no les hará concesiones a aquellos. 

En Cataluña, unas hipotéticas manifestaciones, en el margen o no de unas manifestaciones a nivel nacional. podrían tener lugar más bien de la mano de Somatemps y otras organizaciones como la SCC. Aquí Barraycoa, si se comporta tan bien como el año pasado, podría suponer un eco del discurso tradicionalista, (aún siendo de la CCT,) pero además la situación supondrá una prueba de fuego para el Círculo Ramón Parés y Vilásau de Barcelona, bastante reciente. 

Más complicada es la situación de País Vasco, dónde la presencia de la izquierda abertzale y el gobierno relativamente tranquilo del PNV hace que éste adopte la condición de anestésico que en España ha ejercido el PP. Esto dejaría el País Vasco indefenso ante una declaración de independencia por parte de aquél. Por ello, convendría la formación o consolidación de círculos carlistas en esa zona, al estilo de lo que hoy es la ACT Fernando III el Santo, o formar una liga con otras asociaciones al modo de Somatemps, para allanar el camino para una reacción popular si en el País Vasco tiene lugar un golpe similar al de Puigdemont.

Ya se ha presentado un escenario posible, y dónde podemos caber nosotros aquí, pero resulta de interés ahondar algo más en esta cuestión, pues entre nosotros hay también incertidumbre por lo limitado de nuestras fuerzas. 

Como expresó el Abanderado, la unidad de España debe mantenerse a toda costa, por lo que debemos poner los esfuerzos para mantenerla. Puesto que, salvo algunas excepciones, no podemos salvar España nosotros solos, la mejor opción parece ser secundar los grandes actos en defensa de la unidad de España, como ya se hizo en su momento con el golpe de Estado de Puigdemont, o aquello que podamos considerar los vestigios de la tradición española. Ya después de esta crisis, se puede colaborar con iniciativas selectas destinadas a defender España, su unidad y su historia, dónde si que sea posible la opción de que se pueda dejar notar el discurso tradicionalista.

2 comentarios:

  1. Pragmatismos y posibilismos de andar por casa2 de junio de 2018, 2:50

    "a modo de remate final. (sic.), la reivindicación de la unidad católica de España, ..."

    "LA UNIDAD CATÓLICA ES LA PRIMERA LEY FUNDAMENTAL DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA, Y CONTRA ELLA, O NO INFORMADA POR ELLA, NO HAY LEY QUE OBLIGUE, NI DERECHO QUE PREVALEZCA, NI AUTORIDAD LEGÍTIMA, NI ENSEÑANZA LÍCITA, NI DOCTRINA LIBRE, NI OBRA PERMITIDA; PORQUE ELLA ES NUESTRA _CONSTITUCIÓN SECULAR_, BASE, NORMA Y GUÍA DE TODA AUTORIDAD Y DE TODO DERECHO, Y CÓDIGO SUPREMO DE TODA ACCIÓN Y DE TODA DOCTRINA".

    Ramón Nocedal y Romea.

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  2. El Montaráz del Mediodia9 de junio de 2018, 22:35

    Ahora en el nuevo gobierno de ocupación de turno hay dos sodomitas públicos y notorios (Marlaska y Maxim Huertas) y el resto mayoría hembras, que mejor estaban en casa pariendo y fregando platos como Dios manda. Malditos!

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