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lunes, 25 de junio de 2018

Reseña: Imperiofobia y Leyenda Negra, de María Elvira Roca Barea.


Imperiofobia y leyenda negra.
Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio Español.
María Elvira Roca.
Biblioteca de Ensayo Siruela. 479 pp.


«Imperiofobia y leyenda negra» es una obra sobre el fenómeno de las Leyendas Negras, especialmente extrapolado al caso español. Toda la obra gira en torno al concepto de lo que Elvira Roca denomina imperiofobia. En pocas palabras, cuando una nación adquiere una posición dominante o hegemónica sobre las demás —o sea, se convierte en un Imperio— empieza a crearse en torno a ella una serie de tópicos con el propósito de desacreditarla o denigrarla.

En la obra, Elvira Roca examina este fenómeno en diversos casos, que son, como indica el subtítulo, el Imperio Romano, Rusia y Estados Unidos, y traslada las conclusiones al caso español. La tesis principal de este libro es que la Leyenda negra española no es un fenómeno único en la historia, sino que responde a unas características que se repiten a lo largo del tiempo.

Es más, incluso cita una serie de constantes en todos los casos: diversos pueblos agrupados bajo el Imperio, tendencia del Imperio a la autocrítica, naciones conquistadas por el Imperio que lo denigran como medio de resarcirse por la conquista o como medio de afirmación nacional, y ataques por parte de potencias extranjeras que ocultan envidia, temor o pretensiones de sustituirla como potencia hegemónica.

Entre los tópicos de las leyendas negras, se cita la raza impura, el Imperio que se hace o mantiene por mera casualidad (el Imperio inconsciente), el Imperio subordinado a siniestros intereses internacionales (España y EE.UU.), el bajo nivel cultural y el Imperio depredador o genocida que saquea a todos los pueblos que conquista.

Se trata de un libro monográfico, destinado más al análisis de un caso que a la simple literatura apologégica o anti-negrolegendaria, si bien también tiene algunas partes destinadas a analizar los tópicos de la Leyenda negra.

Es un libro ameno y bien construido, y la verdad es que a pesar de la sorpresa inicial de que se haya convertido en un best-seller debido al considerable tamaño utilizado, algo bastante extenso para la simple literatura de divulgación, a la larga es algo que se entiende bastante bien.

La obra se organiza en tres partes: una primera en la que se estudia la imperiofobia en los casos romano, estadounidense y ruso; una segunda en la que se estudia la Leyenda negra y sus tópicos de forma regional, en los países más relacionados con ella (Italia, Alemania, los Países Bajos e Inglaterra, aprovechando también para desmontar algunos de los tópicos más comunes, junto a una sección más larga destinada a América), y finalmente una tercera parte, donde estudia la evolución de la Leyenda negra desde la Ilustración hasta nuestros días.

La sección americana de la segunda parte es de las más interesantes, pues expone la "maquinaría imperial" en América, y su relación con la integración de los indígenas en el "imperio", así como diversos logros que ponen a España por delante de otros países europeos, como son las tesis de autores como Vitoria y Suárez, el Protomedicato de las Indias, las universidades españolas, los pactos con los indígenas, las reducciones y las misiones franciscanas o cómo los mineros de Nueva España eran los mejor pagados de Occidente.

Lo más curioso —y tal vez la principal novedad con respecto a otras obras al uso— es que es la primera vez que se reniega de una forma tan radical de la Ilustración. Se dice, por ejemplo, que Carlos III se pasó el resto de su reinado intentando tapar los agujeros que provocó con la expulsión de los jesuitas en 1767, y se nos cuenta cómo el gran aparato creado en América acabaría desmontado tras las independencias por la influencia del prusiano Alexander von Humboldt. Éste criticó el sistema de sistema de intervencionismo estatal para estabilizar los salarios, desestimó e ignoró el Barroco americano y luego entregó información sobre la América española a Estados Unidos, pues las autoridades españolas le habían permitido libertad de acceso a los documentos; finalmente su influencia trascendió a las autoridades mexicanas, que aplicaron las sugerencias de Humboldt con funestos resultados.

Se hace una defensa implícita de la tradición española frente al legado de la Ilustración, cuyos exponentes menospreciaron el pensamiento clásico español, así como el legado cultural de España en América, de forma que serían relegados al olvido hasta ser redescubiertos por la investigación científica en el siglo XX.

Cabe agradecer a la autora de este libro, Elvira Roca, aunque se confiesa atea y de familia republicana y masona, la pequeña apología del catolicismo que se hace, dónde se enfatiza que, desde el principio de la llamada Reforma, los católicos no recurrieron a la propaganda difamatoria del mismo modo que los protestantes, sino que procuraron recurrir siempre a la verdad, hasta el punto de reunir Felipe II una comisión para defender la actuación de los conquistadores en América. También es de señalar que la cita de Chesterton «cuando se deja de creer en Dios, en seguida se comienza a creer en cualquier cosa» encabeza la tercera parte del libro, dedicada a la Leyenda Negra desde el "Siglo de las Luces" hasta nuestros días.

El pero de este libro es el uso para la Monarquía Católica del término Imperio, inexacto jurídicamente, aunque se entienda su significado de "potencia hegemónica". Otra pega es la alabanza, a la hora de defender España, de la Unión Europea y otros sistemas liberales (como lo que se intuye que es el Estado del Bienestar), con el aparente propósito de defender el sistema español como "moderno". Sin embargo, teniendo en cuenta que nos movemos en un marco demócrata y liberal, creo que podemos hacer la vista gorda.

viernes, 15 de junio de 2018

Tertulia sobre el supuesto fin de ETA en Granada

El presidente de nuestro Círculo tradicionalista, Rodrigo Bueno, asistió ayer en el Realejo a una interesante charla organizada por el Club de Tertulia Secondo Venerdi que versó sobre el supuesto fin de la organización terrorista ETA y el maltrato que reciben continuamente sus víctimas, que siguen siendo humilladas y acosadas por los amigos de los asesinos ante la impasibilidad del gobierno y las instituciones.

La tertulia contó con la presencia de Maite Araluce Letamendia, actual presidente de la Asociación Víctimas del Terrorismo e invitada de honor, además de otras víctimas del horror rojo-separatista como nuestro paisano Dionisio Bolívar.

La actual presidente de la AVT, hija del mártir Juan María de Araluce y Villar, quien fuera presidente de la Diputación de Guipúzcoa y antiguo combatiente requeté, nos comentó que había recibido encantada el libro que reseñamos en nuestra entrada anterior «Una resistencia olvidada. Tradicionalistas mártires del terrorismo» (Ediciones Auzolan, 2017) de nuestro correligionario Víctor Ibáñez, quien nos encargó que le transmitiéramos su afectuoso saludo, como así hicimos.



Reseña de «Una resistencia olvidada. Tradicionalistas mártires del terrorismo»

Si del casi millar de muertos a manos de ETA, solamente unas decenas eran tradicionalistas, cabría pensar que una monografía sobre el conflicto entre una ETA creciente y un carlismo inactivo es meramente anecdótico; sin embargo, Víctor Ibáñez ha demostrado que no así en absoluto.

El conflicto entre el carlismo vasco-navarro y ETA procede de un odio visceral de ésta al carlismo causado por la existencia de aquel como una prueba viviente que afirma con su sola existencia la falsedad de las doctrinas nacionalistas.

El carlismo vasco representa las raíces más profundas de la tradición vasca, que se autoafirma en un ejercicio de españolidad, como muestran los tercios de requetés vasco-navarros ofrecidos voluntarios en la Cruzada contra la Segunda República, desmintiendo doblemente las tesis del carlismo como antecedente del nacionalismo vasco y de la Guerra Civil como una invasión española del País Vasco.

Dentro del odio al carlismo, había también en componente racial, o mejor dicho, de autoodio racial, pues desde sus inicios el nacionalismo vasco ha sido una corriente profundamente racista, por mucho que en los primeros años de ETA intentaran reemplazar el término raza por el de etnia. El carlismo representaba al vasco de raza, siendo las grandes familias carlistas antiguos linajes con sus ocho apellidos vascos, mientras que, por el contrario, las filas de los etarras estaban engrosadas por los mismos hijos de los inmigrantes andaluces a los que ellos condenaban. Como se cita en el libro, cada cual conoce sus apellidos.

La estrategia etarra de eliminación del carlismo consiste en el terror y la eliminación de opositores mediante el arma psicológica. Esta estrategia se establece a tres niveles: un primer nivel consistente en la detección de opositores, con la posterior amenaza directa contra su persona y/o su familia; el segundo nivel consiste en el ataque a sus propiedades y, finalmente, la eliminación física de la persona, en la mayoría de los casos realizada mediante ataques por la espalda o por sorpresa cuando la víctima está sola, utilizando ametralladoras y coches robados.

Con esta estrategia se consigue amedrentar a la víctima, evitando un activismo de oposición, y aislar socialmente a la víctima y a sus familias, por temor a represalias. En segunda instancia, se logra un clima de terror que tiende a concluir con la huida de la víctima y su familia a entornos más seguros, bien a zonas vecinas del País Vasco para ejercer su actividad rutinaria en su lugar de trabajo, caso de numerosos funcionarios, o de un auténtico exilio interior, buscando lugares más tranquilos. Para nombrar a los afectados por esto hoy día se utiliza el término trasterrados.

Con este sistema, millares de familias vascas abandonan la región. Se calcula que en torno al 10 % de la población vasca huiría a otras regiones españolas, y si bien no se constató una bajada de la población, esto se debió a la inmigración masiva en aquellos años, que contribuyó a sustituir la composición social anterior, pero sí que se constata un crecimiento demográfico bastante menor que otras regiones españolas.

A esta situación, hay que añadir el clima de desamparo por parte del Estado y los atentados contra monumentos de tipo simbólico, como es el Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada. También hay que añadir que muchos de los muertos carlistas no eran simples miembros del común, sino personalidades políticas relevantes, como presidentes de diputaciones o alcaldes, o gente con un importante lugar dentro de sus comunidades y muy conocidas, por lo que su eliminación contribuía a aumentar el terror y la sensación de desamparo.

El libro de Víctor Javier Ibáñez Una resistencia olvidada. Tradicionalistas mártires del terrorismo (Ediciones Auzolan, 2017, 228 páginas) no es una obra total que se dedica a explicar todo un tema de forma global, sino que es de ese tipo de monografías dedicada a un tema concreto, que en este caso es el conflicto entre tradicionalistas y etarras, explicando el desarrollo histórico y cronológico de los hechos, por lo que nos encontramos con diversas descripciones de los sucesos y con múltiples testimonios de aquellos que los vivieron.

De esta forma, la mayoría de los capítulos nos hablan de los atentados tal y como se desarrollaron, contra carlistas, víctimas relacionadas con el carlismo y otras víctimas colaterales, amén de monumentos simbólicos. Sólo dos de los siete capítulos se dedican a explicarnos el proceso general, si bien presuponen algunos conocimientos básicos al lector; se nos habla, por ejemplo, de la naturaleza de ETA en el contexto del fenómeno terrorista de la época, con una aproximación somera a sus primeros pasos y a sus doctrinas, pero sin indagar demasiado en éstas.

A nivel general, la obra es de buena factura. Las descripciones y los testimonios de familares que permiten una buena aproximación a los sucesos, transmitiendo además la situación de ansiedad y de desesperación que se debió vivir en la época. Los únicos defectos son algunas erratas ortográficas, de la que ninguna obra, por especializada que sea, está exenta, y que pueden ser corregidas en ediciones posteriores.

Los capítulos dedicados a la situación general son bastante completos, si bien consideramos que sería bueno ahondar un poco más en la ideología separatista etarra; los sucesos que relata permiten deducir ciertos tipos de mecanismos y actuaciones que no se abordan explícitamente, e incluso se pueden comprender diversas situaciones como la nacionalista catalana actual (e incluso podemos establecer un paralelismo, salvando las distancias, entre la reacción por la muerte de Carrero Blanco y la reacción provocada por el intento de separación de Cataluña protagonizado recientemente por Puigdemont) o ciertas estrategias de dominio y control de la izquierda actual.



miércoles, 6 de junio de 2018

Isidoro Pérez de Herrasti y Pérez de Herrasti, conde de Padul

Fotografía de D. Isidoro Pérez de Herrasti
tomada de la revista Letmotiv, núm. 2.
Hoy hace exactamente 83 años fallecía en Granada Isidoro Pérez de Herrasti y Pérez de Herrasti (1866-1935), maestrante de Granada y conde de Padul.

D. Isidoro nació el 1 de septiembre de 1866 en una familia granadina de la nobleza. Fue bautizado el 5 en la Iglesia de San Salvador. Era hijo de Isidoro Pérez de Herrasti y Antillón (1838-1903), Conde de Antillón, y de Josefa Pérez de Herrasti y Vasco (prima tercera de Josefa Vasco Gómez, madre del General Carlos Calderón). Por vía paterna era sobrino tataranieto de Andrés Pérez de Herrasti y Pulgar Viedma (1750-1818), general granadino y benemérito de la Patria que se destacó por la heroica defensa de la plaza de Ciudad Rodrigo durante el asedio francés. Su padre, Isidoro Pérez de Herrasti y Antillón, debía el título de Conde de Antillón a los méritos de su abuelo materno, Isidoro de Antillón y Marzo (1778-1814), que había formado parte de la Junta de Defensa de Zaragoza durante la Guerra de la Independencia, si bien fue adicto a la causa liberal.

D. Isidoro (padre) había formado parte de la Junta carlista de Granada desde el Sexenio Revolucionario, llegando a ser presidente de la misma durante algunos años, aunque en 1888 se uniría a la escisión de Ramón Nocedal. Su hermano, Antonio Pérez de Herrasti y Antillón (1839-1900), permanecería en cambio leal a Don Carlos y fue siempre muy querido por el Duque de Madrid.

Isidoro Pérez de Herrasti y Pérez de Herrasti casó con Rosario Solís, hija de los marqueses de Valencina. Era asimismo primo hermano del que fuera jefe regional de la Comunión Tradicionalista en Andalucía Oriental durante la II República, D. Ramón de Contreras y Pérez de Herrasti, y del hermano de éste, el célebre articulista del diario El Siglo Futuro Fernando de Contreras.

A petición del Real Conservatorio "Victoria Eugenia" de Granada, fundado y presidido en 1921 por Isidoro Pérez de Herrasti, al que dedicaría amplios esfuerzos materiales y económicos, en 1924 recibió de Alfonso (XIII) el título de Conde de Padul. Aunque D. Isidoro había militado, al igual que su padre, en el Partido Integrista, y había recibido de D. Alfonso el citado título, su lealtad y entrega por la Causa carlista durante la década de 1930 están fuera de toda duda. No en vano, D. Juan M. Rubio Moscoso (1911-), último superviviente del tercio de Requetés Isabel la Católica de Granada, nos decía que la mayoría de los combatientes de dicho tercio procedían de El Padul, y creemos que mucho tendría que ver en ello la labor de D. Isidoro Pérez de Herrasti.

Entre las generosas obras de caridad de D. Isidoro, podemos citar la instalación en Padul de un hospital para los heridos del pueblo en Melilla en 1921, y la donación de unas escuelas a la villa de Padul el año siguiente.

Por carta de 14 de mayo de 1956, le sucedió en el título de Conde de Padul su sobrino Antonio Pérez de Herrasti y Orellana (Madrid, 1898-1974).*

Fotografía tomada durante la entrega de unas escuelas donadas a la
villa de Padul por los señores de Herrasti (ABC, 01/02/1922)

A la muerte de D. Isidoro, El Siglo Futuro, órgano de la Comunión Tradicionalista, publicaba la siguiente necrológica:

EL EXCELENTÍSIMO SEÑOR CONDE DE PADUL

En Granada, donde residía, falleció, confortado con los Santos Sacramentos y la bendición de Su Santidad, nuestro ilustre y benemérito amigo el excelentísimo señor don Isidoro Pérez de Herrasti, conde de Padul, de abolengo tradicionalista, caballero intachable y persona de extraordinario relieve social, que prestó siempre grandes servicios a nuestra Causa.

Era sobrino de aquel don Antonio Pérez de Herrasti, que estuvo con su esposa al servicio de Don Carlos, y primo hermano y cuñado de nuestro don Fernando Contreras, a quien tanto se aprecia y se respeta en esta Casa.

La muerte del señor conde de Padul constituye, pues, una pérdida dolorosa para nuestra Comunión política, en la que siempre militó con el desinterés y el entusiasmo de estos próceres, que sólo buscan a Dios y a la Patria en sus acciones y guían su conducta con esas miras tan elevadas.

Al testimoniar a la viuda, doña Rosario Solís; a su cuñado, don Fernando Contreras, y a sus sobrinos, el marqués de Albayda y los señores de Yanguas Messía, la expresión de nuestra más sincera condolencia, suplicamos a los lectores de EL SIGLO FUTURO pidan en sus oraciones por el eterno descanso de este caballero católico, modelo de esposos, aunque es de esperar, pensando cristianamente, que una vida dedicada a servir y confesar a Dios tendrá ya el premio que Él ha reservado a los que se hacen acreedores a recibirlo.

El Siglo Futuro (7 de junio 1935)

ENTIERRO DEL CONDE DE PADUL 
GRANDIOSA MANIFESTACIÓN DE DUELO

GRANADA, 8.— El entierro del conde de Padul ha constituido una imponente manifestación de duelo. Todas las clases sociales de Granada figuraban en el cortejo fúnebre. Destacóse, por un minero, la representación del pueblo de Padul, que tanto debe al finado.

Figuraban en el acto las Escuelas del Ave María, Damas Apostólicas y las que don Isidro fundara en el pueblo indicado, y Clero parroquial con cruz alzada. El cadáver era conducido por los vecinos de Padul y colonos del señor conde.

Presidían el duelo el excelentísimo señor Obispo de Huesca, llegado expresamente de su diócesis; don Gabriel Parrado, en representación del señor Arzobispo de esta Archidiócesis; el deán de la Metropolitana, doctor Cavero; los marqueses de Albayda y Cartagena, vizconde de Santa Clara de Avedillo y el señor Gómez de las Cortinas.

Al llegar el cortejo a la parroquia de San Pedro, en donde está el enterramiento de la familia Herrasti, fué colocado el cadáver en el templo y se le hizo el oficio de sepultura, despidiéndose el duelo. Los restos mortales del conde de Padul fueron subidos al cementerio y recibieron tierra en el panteón de la familia.

Enviamos a la señora viuda nuestro más sentido pésame, que hacemos extensivo al primo del finado, don Ramón de Contreras y Pérez de Herrasti, jefe regional tradicionalista de Granada.

Rogamos a los lectores de EL SIGLO FUTURO encomienden a Dios nuestro Señor el alma del conde de Padul, que, piadosamente pensando, ya habrá recibido el premio a toda una vida generosa y fecundamente cristiana. ¡Descanse en paz!—

Pedro Amor Maldonado.

El Siglo Futuro (8 de junio 1935)

Escuelas de don Isidoro en El Padul

* Antonio Pérez de Herrasti y Orellana (Madrid, 1898-1974) era hijo de Antonio Pérez de Herrasti  y Perez de Herrasti y de María Concepción Orellana. Fue II Conde de Padul, IV Conde de Antillón, XIII Marqués de Albaida y de la Conquista. Casó con Matilde de Narváez y de Ulloa, hija de los Marqués de Oquendo. Le sucedió su segundo hijo, Ramón Pérez de Herrasti y Narváez (nacido en Madrid el 22 de octubre de 1927), III Conde de Padul, VI Conde de Antillón, Marqués de Albayda y Marqués de la Conquista. Es Caballero Maestrante de Granada y Grande de España. Casó con Begoña Urquijo y Eulate, nacida en 1932.

viernes, 1 de junio de 2018

Un himno tradicionalista compuesto por las Juventudes Carlistas (1909)


Carga de lanceros carlistas, cuadro de Augusto Ferrer-Dalmau

HIMNO TRADICIONALISTA 

                                        Lema: «¡Viva España!»

               CORO 

Españoles, venid y ensayemos
en la paz, la entusiasta canción
que mañana en la lid cantaremos
al compás del clarín y el cañón.
¡Paso de ataque! ¡Aire marcial!
¡Viva la España tradicional!

                    I

¡¡Gloria, gloria á la España que un día
coronó de laureles su sien
en Numancia, Lepanto y Pavía,
Zaragoza, Gerona y Bailén!!
¡¡Gloria al pueblo que, fiel á su historia,
derrotando á la grey liberal,
á su Patria dió días de gloria,
y á su Causa una vida inmortal!!
Españoles, venid..., etc.

                    II

Nuestros padres en recia pelea
defendieron de España el honor,
y supieron morir por su idea
como muere el soldado español.
La leyenda inmortal de sus hechos
nos enseña con honra á vivir,
y la sangre que manan sus pechos
á luchar y vencer ó morir.
Españoles, venid..., etc.

                    III

Al calor que la sangre recibe
de su historia, en el alma ha de arder
el amor que en sus tumbas aun vive
á la Iglesia, la Patria y el Rey;
y al compás de armonía guerrera,
por España, juremos aquí,
pelear por la misma bandera
que les vimos besar al morir.
Españoles, venid..., etc.

                    IV

Su programa será nuestro emblema;
sus palabras serán nuestra ley,
sus creencias serán nuestro lema,
su caudillo será nuestro Rey.
Y si el Rey, á luchar por España,
como á ellos, nos manda salir,
nuestra orden será en la campaña
su consigna: «vencer ó morir».

                    ---

Españoles, venid y ensayemos
en la paz, la entusiasta canción
que mañana en la lid cantaremos
al compás del clarín y el cañón.
¡Paso de ataque!
¡Aire marcial!
¡¡Viva la España tradicional!!

                                  BERMEJO

El Correo Español (8 de julio de 1909)

Moción de censura. Análisis y reflexiones.

Moción de censura. Análisis y reflexiones.



Entre muchos de nosotros, los carlistas, hay una gran agitación por la situación que ha dejado la moción de censura a Mariano Rajoy, con la subida al poder de Pedro Sánchez y sus entendimientos con los separatistas catalanes y sobretodo vascos, y muchos temen incluso por la propia unidad de España.

Todos parecemos estar de acuerdo, incluidos nuestros enemigos revolucionarios, en que esta es una situación clave en nuestra historia política reciente, si bien aquellos no han llegado a comprender lo que realmente significa. Las izquierdas creen que esta situación es un hecho histórico en el que el "reducto del franquismo" ha sido expulsado del poder del descrédito más absoluto con el caso Gürtel, en medio de una moción de censura ganada por los elementos progresistas de la sociedad, adelantando un gobierno progresista y tal vez una futura coalición de izquierdas. 

Lo que no se han dado cuenta es que España tiene pulso, como demostró 2017, aunque para que se note, debe realizarse una gran presión sobre los españoles, y una victoria de Sánchez podría poner los medios de otra gran reacción, que en el caso de que los peores pronósticos se cumplan y se rompa la unidad nacional, supondrá la revuelta definitiva contra las izquierdas y la subida al poder del primer partido que proponga la reconquista de Cataluña, y que por supuesto excederá la peor de sus pesadillas, algo peor que el PP y Donald Trump juntos.


Tras la victoria de Rajoy en 2012, su legislatura ha dejado estas perlas: pasividad gubernamental ante el ensayo del referéndum de Artur Mas, incapacidad de reacción política y complicidad ante el referéndum y declaración de independencia de Carles Puigdemont, la oportunidad perdida del 155 de desmontar la maquinaria separatista y conflicto entre el ministro de Justicia y el Consejo General del Poder Judicial por la intervención pública de aquel sobre el asunto de la Manada. Hace poco, una masa de partidos se han puesto de acuerdo y han echado al presidente del gobierno y han puesto en su lugar a otro distinto, que ha dejado bien claro su entendimiento con independentistas y su buena voluntad hacia ellos. Otro llegará que bueno me hará.

Con esta coyuntura, la moción de censura ha terminado de dejar claro a los españoles la naturaleza del sistema democrático en el que viven. La democracia no es más que el marco en que oligarquías políticas se disputan entre sí el poder. La soberanía del pueblo y las elecciones no son más que la excusa de éstas para justificar el hacerse con el poder, y tan pronto se sustentan sobre la voluntad popular, que la interpretan o incluso la desdeñan si así les conviene, evitando las elecciones o logrando el poder por acuerdos entre sí mismos, cuando no. Los partidos, para lograr el poder, están dispuestos a sacrificar el bien público, la estabilidad política e incluso la unidad nacional para lograr sus rastreros propósitos disfrazados de causas filantrópicas. 

La gente se está empezando a dar cuenta de ello, sin embargo todavía consideran a la democracia como único modelo de gobierno viable, sin estar dispuestos a convertir sus críticas de meros rumores a hechos. Sin embargo, en cuanto se den cuenta de que existen más alternativas que la democracia y salgan de los estrechos horizontes mentales en que políticos y mass media les han metido... vamos a ver cuánto dura.

Esta situación a nosotros en teoría nos conviene, y de hecho deberíamos estar disfrutando del espectáculo del que somos espectadores en primera fila y capaces de entender y disfrutar la grandeza de esta función. Pero hay un problema. Este colapso amenaza con el desmembramiento de España, con la independencia de Cataluña y País Vasco y el surgimiento de unos independentismos en otras regiones tan desactivados como absurdos. Nosotros esperamos tener nuestro momento cuando el sistema colapse y todas las demás opciones fracasen estrepitosamente. Pero cuando eso suceda, nos gustaría que España siguiese existiendo y permaneciese de una pieza.

Para evitar esto, caben tres soluciones:

A) Que se produzca una rápida Restauración, previsiblemente con ayuda del Ejército, que proclame a Enrique V de España, ilegalice los partidos independentistas bajo cargos de sedición al apoyar el golpe de Puigdemont, y arreste a los altos cargos de Podemos, del PSOE, y del PP (y tal vez de Ciudadanos) bajo acusación de traición a la Patria por apoyar o entenderse con separatistas y sediciosos. Luego, que se desmonte la maquinaría de lavado de cerebro separatista, se desmonte el estado partitocrático y se pongan las medidas para que esta situación no se de nunca jamás. Esto sería una solución definitiva, pero debido a la situación externa a nosotros, y a la limitación de nuestros números y nuestro peso casi etéreo en la situación actual es altamente improbable.

B) Que el Jefe de Estado a título de Rey (alias, el Usurpador, o Felipe "VI") asuma personalmente el Gobierno durante el resto de la legislatura como mínimo, dejando el resto de ministerios a los partidos dependiendo de la primacía de la materia de sus programas (economía, sociedad, cultura, ect) hasta el fin de la legislatura para al menos obtener algo de estabilidad. Es una solución provisional, si bien se podría mantener con hacerlo presidente del gobierno perpetuo, y estableciendo elecciones por cada ministerio, concorde a los diversos programas. Podría asegurar la unidad nacional prescindiendo de pactos con separatistas (y pactos en general), aunque no solucionaría el problema independentista definitivamente, ni el resto de nuestros problemas Poco probable.

C) Que se convoquen elecciones generales. Es la única opción no supone alterar el ordenamiento constitucional y jurídico vigente.
El escándalo de la casita de 600.000 euros de Pablo Iglesias y la imagen que ha dado el PSOE les hundiría en las elecciones, dejando lugar a un probable Albert Rivera como presidente y tal vez una coalición entre Ciudadanos, Vox y los restos del PP, que en el mejor de los casos asegurará la unidad de España y que no haya cesiones a los separatistas durante un tiempo. Es más probable que Enrique V sea proclamado Rey en la Catedral de Toledo por el cardenal primado de España y tras proclamación popular y conversión masiva, que se convoquen elecciones democráticas generales (nótese la ironía).

Como se ve, ninguno de estos tres escenarios es posible, especialmente en estos momentos en los que los hechos ya se han consumado. En esta situación, el PSOE, con el apoyo de Podemos, el PNV y los separatistas catalanes, confirmará a Tardà en Cataluña, probablemente liberará a los golpistas o pondrá los cimientos para ello, y tal vez inicie una legislación que refuercen las ya arbitarias leyes penales feministas. Pero no todo será para ellos un camino de rosas.

Sánchez e Iglesias son conscientes de que están en una situación difícil, así que van a tratar de ganar tiempo durante el supuesto año que Sánchez va a estar de presidente. Con esta jugada se están poniendo ambos con la espada en la pared, pues si les sale bien, tal vez conserven su situación en el escenario político, pero si les sale mal, pueden hundirse completamente en las próximas elecciones, siendo sustituidos previsiblemente por Ciudadanos y por Vox. 

En efecto, todo dependerá de que logren llevar a cabo de que mantengan el nivel de la economía al menos como estaba en la moción de censura, y que logren un gobierno estable a pesar de la oposición de los diputados del PP, bastante más numerosos que los 84 de los PSOE, y que aún así sus reformas sociales no sean polémicas y que su mandato no se vea salpicado de polémicas ni escándalos. De hecho, tenemos que tener en cuenta, que al nombrarse un presidente que no ha sido elegido por la ciudadanía, sino por pactos entre políticos, y que después de llevarse a la boca tanto "la democracia" o "los ciudadanos y las ciudadanas", no pretendan solucionar esta situación mediante elecciones generales, como si ha hecho Ciudadanos (llamados por Iglesias, fascistas), les deja en una tesitura tan delicada, que o lo hacen muy bien o les va a ir muy mal.

Si no dan lugar a que se olvide con un buen gobierno (o con muchas polémicas) y es bastante probable, habrá un considerable cambio en las reglas del juego de partidos que se ha desarrollado hasta ahora. También puede incluso darse la situación de aparición de nuevos partidos en la escena política. Con respecto a los independentistas, caben dos opciones: la sola sustitución de Ciudadanos y Vox por estos partidos (no hay cambios apreciables) o un cambio más profundo, en el que los partidos independentistas pierdan su posición de más beneficiados (PNV), algo bastante probable en caso de pretender una coalición o pactos con los viejos y derrotados partidos (PP, PSOE y Podemos) y traten de buscar la independencia por despecho, por lo que esperemos que Vox o Ciudadanos sean partidos más competentes que el PP, por lo menos, a la hora de hacer cumplir la ley.

Con la toma del poder de Sánchez, los separatistas serán los primeros beneficiados, así que cabe la posibilidad de que Ciudadanos o Vox convoquen manifestaciones para reclamar la dimisión de Sánchez y la convocatoria de elecciones para acelerar la situación descrita y tratar de marginar a los separatistas, o que se limiten a hacer prometer a Sánchez que no les hará concesiones a aquellos. 

En Cataluña, unas hipotéticas manifestaciones, en el margen o no de unas manifestaciones a nivel nacional. podrían tener lugar más bien de la mano de Somatemps y otras organizaciones como la SCC. Aquí Barraycoa, si se comporta tan bien como el año pasado, podría suponer un eco del discurso tradicionalista, (aún siendo de la CCT,) pero además la situación supondrá una prueba de fuego para el Círculo Ramón Parés y Vilásau de Barcelona, bastante reciente. 

Más complicada es la situación de País Vasco, dónde la presencia de la izquierda abertzale y el gobierno relativamente tranquilo del PNV hace que éste adopte la condición de anestésico que en España ha ejercido el PP. Esto dejaría el País Vasco indefenso ante una declaración de independencia por parte de aquél. Por ello, convendría la formación o consolidación de círculos carlistas en esa zona, al estilo de lo que hoy es la ACT Fernando III el Santo, o formar una liga con otras asociaciones al modo de Somatemps, para allanar el camino para una reacción popular si en el País Vasco tiene lugar un golpe similar al de Puigdemont.

Ya se ha presentado un escenario posible, y dónde podemos caber nosotros aquí, pero resulta de interés ahondar algo más en esta cuestión, pues entre nosotros hay también incertidumbre por lo limitado de nuestras fuerzas. 

Como expresó el Abanderado, la unidad de España debe mantenerse a toda costa, por lo que debemos poner los esfuerzos para mantenerla. Puesto que, salvo algunas excepciones, no podemos salvar España nosotros solos, la mejor opción parece ser secundar los grandes actos en defensa de la unidad de España, como ya se hizo en su momento con el golpe de Estado de Puigdemont, o aquello que podamos considerar los vestigios de la tradición española. Ya después de esta crisis, se puede colaborar con iniciativas selectas destinadas a defender España, su unidad y su historia, dónde si que sea posible la opción de que se pueda dejar notar el discurso tradicionalista.