Francisco Guerrero Vílchez (1854-1941) |
Pese a todas las dificultades, no cejó en su empeño de devolver a España su sagrada tradición. Su periódico, «La Verdad», vivió más de 40 años, hasta el día de su muerte.
«El Pensamiento Navarro» publicaba el siguiente artículo con motivo de su fallecimiento:
Ha muerto en Granada un gran amigo y gran batallador : D. Francisco Guerrero Vílchez, Veterano carlista y Director y propietario del semanario «La Verdad», en el que tanto combatió por nuestros ideales que fueron los suyos, los que él llevó en su sangre, que la dio en su defensa en la última guerra carlista; los que él ha sostenido con tesón y lealtad hasta el mismo momento de morir. Era además Caballero de la Legitimidad Proscripta y lo que se dice un valeroso soldado de la Causa, al que no desanimaron las defecciones, ni las amarguras de la vida, ni las contrariedades, ni las desgracias de familia. Hombre de gran carácter, contra todo luchó con aquel ánimo que aun conservaba de sus tiempos mozos, de cuando peleó por las banderas de Don Carlos en el Norte, en la batalla de Lácar, en la que gustó del plomo enemigo por su valentía en el combate, combate en el que ha permanecido porque su temple y su espíritu no decayeron hasta los últimos días de Septiembre en que quedó enfermo para no levantarse más.
Todos los que militábamos en la Comunión Tradicionalista y tuvimos un puesto en las trincheras de la Prensa, conocimos y amamos con cariño a aquel caballero del Ideal que podía ser padre abuelo de todos nosotros en el periodismo. En los tiempos anodinos en que parecía no pasaba nada, pero que eran los peores, los que fraguaban el mal, en aquellos días en que las gentes vivían alegremente, sin ideales, sin preocupaciones, sin tener en cuenta que la monarquía liberal se desmoronaba y detrás venía el caos, en aquellos tiempos en que los insensatos se reían de nuestros avisos, como en otras épocas se rieron de los de Aparisi y Mella, Guerrero Vílchez, haciendo honor a su apellido y a su espíritu en la hermosa Granada, entre las nieves de la Alpujarra y los hielos de la indiferencia, sostenía el baluarte del tradicionalismo y allí publicaba su semanario que hasta estos momentos ha seguido saliendo llevando en la cabecera el trilema Dios, Patria, Rey, en el que defendía los ideales tradicionales con el mismo garbo y ardor con que los defendió en su juventud en otro terreno. ¿Quién pensaba entonces en aquellas cosas «del absolutismo», como decían los necios? Por eso, los más no le hacían caso y otros se reían diciendo benévolamente: «Cosas de ese simpático, pero arcaico anciano». Sandeces. Él podía exclamar como Donoso cuando no le escuchaban : Ya llegará el día en qué me tocará reír a mí. Y le tocó. Porque vio llorar atolondrados a los que antes se reían; cuando se desplomó lo que ellos no querían creer que se podía hundir, y más tarde vio también desplomarse a la República, a la que tantos otros —que no son conservadores de la constancia— se habían pegado buscando un acomodo. Guerrero Vílchez, desde su baluarte inconmovible, pregonando la verdadera doctrina y anunciando todas las catástrofes que habían de acontecer, contempló todos los derrumbamientos, los cambios pólíticos y las mudanzas en las personas y él siguió adelante, impertérrito en la profesión y defensa de sus ideales, que los estimaba más santos, más verdaderos, cuanto más patente era el fracaso de todo lo demás.
Lápida de D. Francisco Guerrero en el cementerio de Granada |
Calle Periodista Francisco Guerrero Vílchez en Granada |
Ver mapa más grande
Placeta Triviño en Granada, donde tuvo sus oficinas el periódico La Verdad.
La Verdad. Granada, diciembre de 1941
No hay comentarios:
Publicar un comentario