sábado, 28 de febrero de 2015

No a la bandera mora ni al centralismo de la Junta

Hoy, 28 de febrero, día en que la casta del sistema partitocrático celebra en nuestra tierra el nefasto Estatuto de 1981 que nos legó –entre otras desgracias– la bandera de origen yihadista verde y blanca y un centralismo devastador, los tradicionalistas granadinos, aunque no somos en puridad ni por historia andaluces, nos adherimos al manifiesto «28-F, con F de Fernando», que reproducimos, haciendo constar que somos hijos de San Fernando y de los Reyes Católicos y no del renegado Blas Infante.

San Fernando, verdadero padre de los reinos de Jaén,
Córdoba y Sevilla, a los que liberó del yugo sarraceno

28-F, CON “EFE” DE FERNANDO

Nosotros, andaluces de las actuales provincias de Andalucía, orgullosos de nuestra tierra, de nuestra identidad y de nuestras raíces amamos a nuestra Patria y queremos celebrar nuestro Día de Andalucía ofreciendo este manifiesto a todas las asociaciones, de la naturaleza que sean (juveniles, culturales, deportivas, sociales, y cualquier otro tipo de colectivos establecidos en nuestra comunidad autónoma, etcétera…), con la sola condición de que sean asociaciones que arraiguen en Andalucía, para que las mismas puedan adherirse a este Manifiesto desde el momento en que lo hacemos público y sin que se clausure bajo ningún plazo establecido.

Redactamos este Manifiesto para expresar pública, libre y voluntariamente que:

1º. Reconocemos como Padre de Andalucía a Fernando III “el Santo”, Rey de Castilla, Toledo, León, Galicia, Sevilla, Córdoba, Murcia, Jaén.

Siéndolo, en primer lugar, por las cualidades humanas que concurrieron en su personalidad histórica, reconocidas por sus vasallos y enemigos; pues, tal y como reza su epitafio, Fernando III el Santo fue «el más leal, el más verdadero, el más franco, el más esforzado, el más apuesto, el más granado, el más sufrido, el más humilde». En segundo lugar, es Padre de Andalucía por la proyección histórica de su labor reconquistadora, incuestionable causa de nuestra actual Andalucía (progenitor inmediato de los Reinos de Jaén, Córdoba y Sevilla cuando los reconquistó por su propio brazo; ancestro mediato del resto de provincias hermanas que si no lo tienen como Padre, bien lo podrían tener como Abuelo). La paternidad histórica de Fernando III el Santo no puede rechazarse por ningún andaluz bien nacido; sólo un ignorante podría abjurar de su verdadero origen.

2º. Bajo la égida de la regia figura de Fernando III el Santo fueron felizmente reintegrados a España los territorios españoles que sufrieron siglos de infeliz y terrible esclavitud, sometidos a una cultura extraña y fanática, brutal e invasora que reconocemos como hostil a nuestras libertades y ajena a nuestro propio ser andaluces.

3º. Por las felices victorias del Rey Fernando III se establecieron en nuestro amado suelo patrio nuestros antepasados; solar que les fue arrebatado mediante una invasión: por la fuerza bruta, cruel y sanguinaria, y por la traición de algunos. Siglos y siglos de tinieblas fueron los que sufrió Andalucía, bajo un poder extraño que la sumergió en la noche más lóbrega y sórdida de la barbarie. Fernando III trajo la luz.

4º. Nos vemos forzados a reclamar la paternidad histórica de Fernando III el Santo, tras haber sido puesta en cuestión por nuestro Parlamento de Andalucía cuando, en 1983, impuso -en el Preámbulo del Estatuto de Autonomía para Andalucía- como “Padre” de la misma a un personaje partidista, que ni representa ni puede representar legítimamente a la totalidad del pueblo andaluz, por mucho que sus partidarios le presupongan una paternidad que dicho personaje –cuyo nombre silenciamos a propósito- no puede tener.

5º. Reclamamos que las autoridades políticas de la Comunidad Autónoma Andaluza reconozcan a Fernando III el Santo como indiscutible y exclusivo Padre de Andalucía. Será así como podrán suturar el abismo que la clase política abrió entre ella y el auténtico pueblo andaluz que dice representar. Para que la distancia que cada vez separa más a la clase política del pensar, el querer y el sentir del pueblo no se agrande más.

Y, para que ello surta efecto, suscribimos este manifiesto, el cual se hará público todos los 28 de Febrero, Día de Andalucía, para que todos los 28 de Febrero, éste como los que estén por venir, se escriban con “F” de Fernando, y no con “F” de Falso.


Rechazamos: la bandera sarracena, el centralismo de la Junta y la ideología del renegado Blas Infante.
Reivindicamos: la catolicidad, la españolidad y la diversidad de la región andaluza.

viernes, 27 de febrero de 2015

Prensa patriótica realista de la Guerra de la Independencia Española digitalizada


HEMEROTECA REALISTA PATRIÓTICA (1809-1815)
En defensa del Altar y del Trono


lunes, 23 de febrero de 2015

La campaña de Granada en la Cruzada de Liberación y los requetés

Tal día como hoy, la madrugada del 23 de febrero de 1937, los requetés granadinos se dirigían a Sierra Nevada a conquistar las posiciones de los rojos. Así narraba Bernabé Copado la campaña de Granada:

Crónica de guerra de Bernabé Copado.

Entre los hechos portentosos de esta campaña, hemos de contar la conservación de la ciudad de Granada para el movimiento nacional. Ni el 18 ni el 19 se hizo nada en favor de él. Los de la FAI y los comunistas, aprovecharon estos dos días y anduvieron por las calles de la ciudad y en las puertas mismas de los cuarteles, repartiendo con espuertas, pistolas y municiones a los afiliados a sus organizaciones. Entre tanto el General Campins, nadaba entre dos aguas: se reunieron los Oficiales, le amenazaron, y hay quien asegura que alguno pasó de las amenazas a los hechos, abofeteándolo en la reunión. Las tropas permanecieron acuarteladas, y el 20 por la tarde, salieron 18 muchachos decididos a apoderarse de los resortes del mando, y desde aquél momento cambió el aspecto de la ciudad. Unos se dirigieron al Gobierno Civil, del cual se hizo cargo el Comandante D. José Valdés Guzmán: las fuerzas de Asalto que custodiaban el edificio mandadas por un Teniente, se cuadraron y no hicieron la menor resistencia: otros se encaminaron al Ayuntamiento.

Granada durante la Guerra Civil
Entre tanto las turbas se habían hecho fuertes en el laberinto de las callejuelas del Albaicín: después de tres días en que fueron dueños del barrio, se emplazaron unas piezas de la batería del Capitán López Rubio en el Cubo de la Alhambra y se acabó con la resistencia. Sin embargo, la situación de Granada no podía ser más comprometida: toda la provincia estaba en poder de los rojos que rodeaban la ciudad, hallándose por una parte a 12 kilómetros y por otra a 15: se encontraba además la capital aislada, sin posibilidad de comunicación por tierra, y de esta manera permaneció hasta el 20 de Agosto, en que se hizo el contacto en Loja, con las fuerzas mandadas por el General Varela.

Durante el mes de asedio, se vio atacada con frecuencia y ocasión hubo, en que el enemigo se acercó y estuvo a muy poca distancia de la ciudad: tal fué el combate que iniciado en Huétor Santillán vino a terminarse en las cercanías de la Fábrica de Pólvora de El Fargue: en él tomaron parte por el lado de los rojos, grandes contingentes de fuerzas regulares traídas del departamento de Cartagena, que luchaban con furia y se lanzaron repetidas veces a la bayoneta. Las fuerzas de Granada manifestaron energía indomable: derrotaron al enemigo y le cogieron dos piezas de artillería, setenta y dos mil cartuchos, don preciadísimo en aquellas circunstancias de asedio en que iban escaseando las municiones, y 400 granadas de cañón. Los granadinos eran 80: todos han sido propuestos para la medalla militar. Murieron en el compate, el Capitán Albalate y un soldado. Granada sufrió numerosos bombardeos de la aviación roja, y poco a poco fué conquistando el territorio, venciendo dificultades sin cuento. 

El Requeté actuó, desde los primeros momentos, y ha sido uno de los más fogueados en la campaña. Ha luchado al lado de la legión; ha estado en la Columna del General Varela en la operación durísima de Cerro Muriano; tomó sólo con seis hombres, el pueblo de Santa María de Trasierra en la provincia de Córdoba y ha tenido durante varios meses destacados bastantes hombres en la serranía cordobesa. En la posición de La Matriz, se les pasaron muchos Guardias Civiles. Alma de este Requeté de Granada ha sido el Capitán Rodríguez Cueto, tan valiente y buen militar como probado por la adversidad en estos tiempos. He de hacer constar, por ser de justicia, que los puestos más comprometidos del frente granadino, han estado casi siempre encomendados al Requeté. Quiero poner de resalto algunos hechos de esta actuación. En la posición comprometidísima de Tózar resistieron un ataque que duró casi sin interrupción desde el 5 hasta el 11 de Febrero; fueron nombrados en la orden y propuestos para la medalla militar; no tenían trincheras ni defensas, y algún día ni comida.

En Limones, estuvo destacado un piquete al mando del Teniente Afán de Rivera; mantuvieron un ataque que duró desde las seis de la mañana, hasta las seis de la tarde del día siguiente; les acometió el enemigo con artillería, con morteros, con ametralladoras, y no cedieron un palmo de terreno. Esto mismo les aconteció en Órgiva, donde mandaba el Requeté Joaquín Dávila. En En Alcalá la Real, entraron los Regulares por el flanco derecho, y el Requeté mandado por el Teniente Montave, por el izquierdo. No menos heroica ha sido la actuación del Requeté granadino en las operaciones de la Sierra. El 23 de Febrero por la madrugada, salieron 70 requetés al mando del Capitán Rubio Moscoso, camino de Sierra Nevada; llegaron a La Haza de las Papas; subieron al pie del Veleta; al llegar, a las 4 de la madrugada, al albergue, lo encontraron ocupado por milicianos; entablaron combate con los enemigos; unos huyeron y ocho quedaron muertos. Al amanecer, vieron avanzar por la blancura de la nieve, una columna compuesta de unos 400; los dejaron acercarse, y siendo el enemigo cuatro veces superior en número, les hicieron 43 muertos y pusieron en fuga a los restantes, muchos de los cuales murieron de frío en aquellas alturas. Hoy ya se puede mirar con tranquilidad el mapa de la provincia de Granada.

El heroico requeté Granadino (Tercio Isabel la Católica) rinde sus armas a Dios.
http://www.requetes.com/fotos3.html

jueves, 12 de febrero de 2015

La Patrona de los Alféreces Provisionales

NUESTRA PATRONA
(Memorias de un requeté, de José María Resa, pág. 133)

La Virgen de las Angustias
Fue deseo de la Hermandad [de Alféreces Provisionales], desde su creación, el reconocer un patronazgo espiritual que simbolizara el fervor religioso de sus componentes. Se consideró que éste debería recaer en la Santísima Virgen de las Angustias, de Granada, en cuya ciudad existió una de las Academias de provisionales. Abundaba esta designación la conocida ofrenda de las promociones al Sagrado Corazón de Jesús, por mediación de Su Divina Madre, y el manto tachonado de estrellas que le fue regalado por suscripción entre los alféreces de la Academia de Granada, con las de todos los caídos de la misma durante la Cruzada. Con este acuerdo se tomó el de crear una condecoración para las madres de nuestros compañeros muertos en campaña, para lo cual se dio una nota a la Prensa, con un llamamiento a las madres de nuestros caídos con el ruego de que se pusieran en contacto con nuestra Hermandad para remitir los datos pertinentes. En dicha nota se decía igualmente: «Como afirmación de fe religiosa y de la espiritualidad que esta condecoración representa, la primera insignia será impuesta a Nuestra Señora la Virgen de las Angustias, bajo cuya advocación estuvieron los alféreces provisionales durante nuestra Guerra de Liberación. Una laureada estrella de seis puntas –la que ellos lucieron bravamente en sus pechos– será la insignia que estas doloridas mujeres lucirán orgullosas».

La Junta Provisional de Granada preparó su Asamblea e incluyó en sus actos la solemne imposición a la Santísima Virgen de la Laureada de las Madres. Dicha Junta Provincial dio una muestra perfecta de organización en todos los actos celebrados en aquella ciudad y lograron que en fiesta tan señalada como la procesión de su Patrona, se destacara sobremanera la presencia de la Hermandad.

El sábado día 7 de septiembre de 1958 llegaban a Granada expedicionarios de toda España y aquella misma mañana, después de una Salve solemne ante la Virgen de las Angustias, el Arzobispo de Granada, doctor García y García de Castro, imponía a Nuestra Señora la insignia laureada. Al terminar el acto religioso, se impuso por primera vez en España a varias madres de compañeros granadinos caídos, la condecoración creada en su homenaje. A continuación se celebró una comida de hermandad en el pantano de Cubillas, en organización semejante al de Garabitas, y en cuyo acto dirigieron la palabra el capitán general de la Novena Región y nuestro compañero Solís Ruiz, ministro secretario del Movimiento, que asistió a todos los actos celebrados en dicha ciudad.

Al día siguiente, y en la procesión de la Santísima Virgen, se nombró entre los compañeros en turno de horquilleros que, como en la guerra, y por una concesión especial de la cofradía, portaron a nuestra Patrona.

viernes, 6 de febrero de 2015

¡Conservemos la tumba del General Calderón!

A poco más de un mes de la celebración señera de los carlistas, la Festividad de los Mártires de la Tradición, desde el Círculo General Carlos Calderón realizamos un llamamiento a todos los correligionarios para que cooperen con nosotros por salvar la tumba del ilustre titular de nuestro humilde círculo.

Repasemos su biografía:

Don Carlos Calderón y Vasco (Granada, 1845 — París, 1891), de quien hemos hablado en otras ocasiones (cf. CXXIII Aniversario de Carlos Calderón y VascoEl general carlista granadino Don Carlos Calderón y VascoCarlos Calderón y Vasco, general carlista granadino) fue un militar que tras el estallido de la Revolución de Septiembre de 1868 se presentó en París para ofrecer su espada a Don Carlos VII, que lo nombra Capitán. Durante la III Guerra Carlista llegó a ser Brigadier y acabada la misma, por su lealtad y servicios prestados, el Duque de Madrid —gran amigo suyo hasta el final de sus días— lo ascendió a General de División.

El nombre de Calderón sonó mucho en la guerra y sus cargas a la bayoneta fueron célebres. Oroquieta, Monreal, Oñate, Eraul, Lecumberri, Estella y Dicastillo podrían hablar del heroísmo de don Carlos Calderón.

En febrero de 1876 se le encargó la defensa de Montejurra y al mando solamente de tres batallones, un escuadrón y una batería, logró poner su enardecido entusiasmo a la mayor altura de la gloria militar. Al ser tomada Estella por los liberales, el General Primo de Rivera, como recompensa al valor demostrado por Calderón, le devolvió su espada, haciéndolo prisionero bajo palabra de honor.

Quizá debido a este gesto de caballerosidad por parte del enemigo, algunos revoltosos navarros empezaron a circular el rumor de que Calderón los había traicionado, habiendo vendido Montejurra al enemigo por cinco mil duros, suma que él se gastaba en la menor de las fiestas que con frecuencia ofrecía. Esta disparatada calumnia no hizo nunca la menor mella en el ánimo de Carlos VII, que le conservó hasta la muerte grandísimo afecto, conviniendo los dos que, mientras vivieran, pasarían juntos todos los años el día de San Carlos, patrón de ambos.

Prueba de la dedicación y entrega no sólo militar, sino también pecuniaria, de Carlos Calderón a la Sagrada Causa de la Tradición —que jamás abandonó— son las palabras del rey legítimo en 1870:

«Tiene corazón y bastante buen criterio; es valiente y decidido. [...] Ha hecho sacrificios pecuniarios por la Causa y está dispuesto a hacer más.»

Antiguo Colegio Calderón
colegioreginamundi.com
Como curiosidad, puede citarse el personaje de las Sonatas de Valle-Inclán, el Marqués de Bradomín, todo un Don Juan inspirado en la figura del General Calderón.

Para la ciudad de Granada la familia Calderón fue una gran benefactora. El padre de D. Carlos Calderón y Vasco, D. Carlos Manuel Calderón y Molina, construyó el carmen de los Mártires; y su señora madre, D.ª Josefa Vasco Gómez, se entregó por completo a la caridad cristiana que le valió recibir el título de Marquesa de la Caridad por Carlos VII en 1874. Muestra del ejercicio de esta virtud teologal por parte de la familia Calderón es el Colegio que donaron a la ciudad de Granada para la enseñanza de los pobres: el Colegio Calderón, hoy Regina Mundi, cuyo edificio original se encontraba en la calle Recogidas.

Acabada la guerra, Carlos Calderón se dedicó a sus importantes negocios en el extranjero y llegó a ser director de la Compañía Transatlántica y de los ferrocarriles mexicanos.

Su muerte le sorprendió en París la madrugada del 9 de noviembre de 1891, tras haber celebrado una fiesta en honor de los Grandes Duques Vladimiro. Los restos mortales de nuestro General fueron trasladados a Granada desde la capital de Francia y recibió cristiana sepultura en la finca Jesús del Valle, antiguo convento jesuita propiedad de la familia Calderón.

La tumba

En dicha hacienda-convento permanecieron enterrados los huesos del General Calderón hasta 1980, cuando la familia tuvo que venderla. Actualmente, el antiguo convento de la Compañía de Jesús (una víctima más de la terrible desamortización de Mendizábal), que adquirió la familia del General Calderón, se encuentra en estado ruinoso. El buen criterio y piedad de los bisnietos de Concepción Calderón y Vasco, hermana de Carlos Calderón, motivó el traslado de los restos mortales de sus mayores, entre ellos el General Calderón, al Cementerio San José de Granada.

Uno de los familiares de estirpe carlista granadina nos ha relatado una anécdota de su traslado:

«Recuerdo escucharle a alguno de mis tíos que estuvieron allí presentes que el uniforme militar del general Calderón se encontraba impecable, que la boina roja se encontraba en perfecto estado y que el sepulturero se extrañó de lo bien conservado que estaba todo. Realismo mágico granaíno.»

No obstante, la sobrina-bisnieta titular de la tumba del General ha fallecido hace pocos años y las tasas han dejado de pagarse, por lo que cualquier momento podrían perderse los derechos a que los restos continúen sepultados en su actual ubicación.

El Cementerio de Granada, gestionado impropiamente por una empresa privada, Emucesa, que pone a disposición de los musulmanes un gran terreno separado para el enterramiento de estos, siempre bajo suelo y separado de aquellos que no son seguidores de Mahoma, como mandan las leyes de su falso profeta y en virtud de la ley socialista de 1992, que otorga este privilegio sólo a judíos y mahometanos y no a los católicos (ley conservada, como es lógico por los posteriores gobiernos conservadores del Partido Popular), no tiene ningún reparo en exhumar los cadáveres de los difuntos cristianos y depositarlos en una fosa común a la mínima que sus familiares se descuidan en el pago de las tasas, obteniendo así más espacio para nuevos "clientes". Prueba de ello son los innumerables avisos de exhumación inminente que pueden verse en las tumbas al visitar el cementerio.

Para que se conserve la tumba del General Calderón y evitar que sus restos acaben en una fosa común, es preciso pagar las tasas atrasadas desde hace 11 años, que ascienden a 341 euros. Pero los integrantes del Círculo General Calderón no nos conformamos con eso y queremos dotarle además de una lápida de la que actualmente carece y cuyo valor asciende a no menos de 2000 euros.

Por todo ello, realizamos un llamamiento a nuestros amigos y correligionarios para que realicen una contribución económica, en las medidas de sus posibilidades, honrando así la memoria de aquel que tan valiente y lealmente luchara por la bandera de Dios, la Patria y el Rey, como reza nuestro sagrado lema.

Para hacer un donativo a tan noble fin, puede realizar una transferencia por PayPal a circulogeneralcalderon@gmail.com o bien una transferencia o ingreso bancario al siguiente número de cuenta corriente:

                                          Banco ING
                                          IBAN: ES09 1465 0120 31 2009412098
                                          BIC: INGDESMMXXX

Si dispone de una cuenta PayPal, por favor acceda directamente a paypal.com (enviar dinero > enviar dinero a amigos o familiares > circulogeneralcalderon@gmail.com) ya que el pago a través del botón DONAR de PayPal tiene una comisión de casi el 5%.    
No obstante, si no dispone de una cuenta PayPal, puede hacer clic en el siguiente botón para hacer una donación utilizando su tarjeta de crédito o débito:
                        
* [Actualizado 14/04/2015] Muchas gracias a todos los que han donado. Llevamos recaudados 735 €. 


REQUIESCAT IN PACE


* El lector que desee cerciorarse de la veracidad de los hechos que exponemos, puede dirigirse por teléfono al Cementerio San José de Granada en el 958 221 864 (www.emucesa.es).

miércoles, 4 de febrero de 2015

El asesinato del P. Osuna

Recuperamos hoy la memoria del Padre Osuna, víctima del liberalismo revolucionario en Granada, quien a diferencia de la joven liberal Mariana Pineda jamás recibió monumento en su honor y cuyo brutal asesinato ha quedado en el olvido. Así es como sucedió:

El 4 de febrero de 1823 una turba revolucionaria violentó las puertas de la Cárcel de Granada, asesinando bárbaramente al Padre Osuna, fraile del Convento de San Antón, tildado de absolutismo puro. Se le acusaba de reunirse con don Juan Campos, Corregidor que había sido de la Ciudad, y con otros individuos afiliados al partido realista; habiéndose propagado el rumor de que iban a organizar una partida semejante a las que ya actuaban en Cataluña y otras provincias españolas.

Sorprendido en el camino de Guadix y conducido preso a Granada, fue encerrado en la cárcel. Las pasiones estaban enardecidas, a lo que había contribuido la promulgación de la constitución política de 1812, con el beneplácito forzado de Fernando VII. Las sociedades secretas celebraban sus reuniones en un café de la Plaza Nueva «y ni el Capitán General Villacampa —dice el cronista— ni el jefe político Jofré trataban de reprimir sus conatos malévolos». Se decretó el asesinato del fraile preso y fue llevado a la práctica violentando las puertas de la cárcel.

Este acto de crueldad lo vengaron los vencedores del año 1823, haciendo morir en el cadalso a un tal Gamarra, cómplice del crimen; a un juglar llamado «Antonio el Feo» y a otros individuos. Pronto habrían de entrar los franceses en Granada por segunda vez, en esta ocasión como libertadores, al mando del general Molitor, arrollando a los constitucionales que en Campillo de Arenas intentaron oponerles resistencia.

Así lo narraba la obra Colección Eclesiástica Española en 1824:

Entre otros muchos hechos dignos de ser transmitidos al conocimiento y desengaño de la posteridad, llama con preferencia la atención el asesinato del padre Osuna, predicador de la Orden Tercera de San Francisco. Este religioso preso a pretexto de conjurador contra la patria, fue conducido, cercado de tropa por las principales calles de la ciudad, y después de varios rodeos puesto en la cárcel pública. Allí examinado judicialmente resultó inculpable, y esto irritó los ánimos filantrópicos de sus perseguidores. Echose la voz de que debía recibir de mano del pueblo la pena de muerte que le negaban los jueces. Crece esta voz el 4 de febrero de 1823; pónese sobre las armas la milicia nacional local de infantería y caballería, hierven las patrullas por toda la ciudad; pero un grupo poco numeroso de gente armada violenta a prima noche la cárcel, saca al sacerdote, lo acuchilla, y lo deja por muerto tendido en la calle, nadando en su propia sangre. Implora el moribundo el amparo de las autoridades que se presentan, es restituido a la cárcel, recibe los Santos Sacramentos, se consuela viendo vendadas sus heridas por los facultativos, que pronostican su probable curación: continúa por toda la noche el grande aparato de las patrullas que aterran al vecindario, manteniéndose en sus casas sin saber lo que está pasando y con recelos amargos de grandes infortunios. Entre tanto son forzadas la cárcel alta y la baja por unos pocos armados que cometen en una y otra varios asesinatos cruelísimos, y repiten sus golpes sobre el padre Osuna, que yace desangrado y casi exánime en el lecho de su dolor, no quedando satisfechos hasta que exhaló el último aliento.

Cárcel baja de Granada, demolida en 1942, donde fue asesinado el P. Osuna
(fuente: Rincones de Granada)
El padre Osuna fue por decirlo así, asesinado dos veces, mediando muchas horas entre uno y otro asesinato, sin encontrar entre tantos milicianos que con las armas en la mano paseaban las calles y cercaban las cárceles, quien lo defendiese de los pocos tigres que se saborearon por tanto tiempo en su sangre. Era de esperar que un atentado tan horrendo cubriese de vergüenza a sus perpetradores o por lo menos les inspirase temor para con las autoridades o con el público. Pero ellos se gloriaron en su maldad y no hallaron inconveniente en jactarse de que la repetirían. Testigos tantos furibundos periódicos como allí se publicaban dignos por sus títulos de su lenguaje:
«Quien quisiere, decía la FANTASMA, número 1.º, comprar los hábitos del padre Osuna, se servirá acudir a la cuesta del Chapiz y casa del padre Barles, donde le darán razón; y caso de ignorar este la pregunta, el sujeto, que guste de dicho ropaje, tendrá la bondad de esperar unos días y tal vez podrá escoger.»
«Al padre Osuna, zumbaba el Tábano (núm. 3.), el que murió de repente en la cárcel baja, se le ha concedido la lectoral de Sigüenza. Jamás se engañó la opinión pública... mozo robusto murió... la experiencia y el tiempo probarán que otros también... son mozos robustos.»
Colección Eclesiástica Española. Tomo XIV. (Madrid, 1824) 
Fuente: Hoja del lunes (Granada, 04/02/1957)

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