A vosotros, mártires de la Tradición cuyos heroicos hechos se encuentran consignados en la Historia constituyendo una de sus más brillantes páginas, la patria por orden de nuestro Augusto Jefe, os consagró el día de hoy.
Sí, vosotros representáis el genuino y caballeresco carácter español: por eso la patria viste hoy de luto recordando las proezas de sus héroes y el valor de sus mártires. ¡Sí, hoy es día de luto para España! ¡Oremos, pues por esos valientes; oremos por nuestros hermanos!
¡Nobles compañeros que disteis vuestra generosa sangre en defensa de la más santa de las causas y por la verdadera libertad, descansad en vuestras tumbas! Vuestra empresa digna es de soldados de la Religión y del trono. La patria agradecida a tan sublime abnegación os dedica el recuerdo que merecéis. Vuestra sangre será semilla de nuevos entusiasmos y germen de nuevos campeones.
Y nosotros los carlistas granadinos, reclutas disponibles de nuestro Rey, cuando lo disponga, seguiremos la obra que hace años emprendisteis, y con la ayuda de Dios el éxito coronará nuestros esfuerzos, nuestra será la victoria, para castigo de los verdugos de la patria.
HIMNO.
Al clamor de la Patria afligida
Raza de héroes, del polvo salid;
Que a besar vuestra sangre vertida
Hoy acuden los hijos del Cid.
Con la Cruz por bandera y escudo,
Por corona el sangriento laurel
Aun mostráis, en el pecho desnudo
La honda huella del hierro cruel.
Sin desmayo en la lucha homicida,
Del deber escuchando la voz,
Ofrecisteis la sangre y la vida
Por el Rey, por la Patria y por Dios.
Sobre el fúnebre mármol que os cierra
Ruge herido el hispano león;
Y se abate, cubriendo la tierra
Vuestro, ayer, invencible pendón.
Hoy con paso tardío y doliente
Vuestra tumba el guerrero al pisar
De su llanto, en la amarga corriente
Sus laureles arroja quizás.
Vuestra sangre fecunda la Historia
Como fuente inmortal de virtud;
Y reciben su beso de gloria
Las cenizas que ampara la Cruz.
LA VERDAD (Granada, 10/03/1902)
Sin desmayo en la lucha homicida,
Del deber escuchando la voz,
Ofrecisteis la sangre y la vida
Por el Rey, por la Patria y por Dios.
Sobre el fúnebre mármol que os cierra
Ruge herido el hispano león;
Y se abate, cubriendo la tierra
Vuestro, ayer, invencible pendón.
Hoy con paso tardío y doliente
Vuestra tumba el guerrero al pisar
De su llanto, en la amarga corriente
Sus laureles arroja quizás.
Vuestra sangre fecunda la Historia
Como fuente inmortal de virtud;
Y reciben su beso de gloria
Las cenizas que ampara la Cruz.
LA VERDAD (Granada, 10/03/1902)
No hay comentarios:
Publicar un comentario